Policías locales urgen radares ante los dos últimos atropellos mortales

El Concello insiste en que la velocidad no es un problema, y que los accidentes más graves se deben a imprudencias 

Los dos atropellos mortales en menos de un mes en la ciudad han reabierto el debate de los excesos de velocidad con consecuencias graves. El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (SPPME), mayoritario en el cuerpo en Ourense, cree que el Concello ya no tiene excusas para eludir la falta de controles y, una vez más, urge la implantación de radares en aquellas carreteras en las que se ha constatado que los excesos de velocidad acarrean un problema grave para los peatones.

Según valoran los policías del SPPME, la velocidad, en el accidente mortal de la carretera de Seixalbo "volveu ser un factor que concurriu á hora de producirse o fatal desenlace". No como causa principal -aclara- tal como había sucedido en el atropello de la carretera de A Granxa, en el que murió una vecina del barrio, sino como factor secundario. "Á mala sinalización e falta de iluminación uniuse que se a conductora do vehículo circulara a menos velocidade probablemente o accidente non tería a gravidade que tivo", explican Bautista Rodríguez y Xoán Carlos Bouso, los policías que representan al cuerpo en la junta de personal.

El SPPME se une al "llamamiento desesperado", según dice, de distintos colectivos vecinales, asociaciones que trabajan en el ámbito de la seguridad vial y de la propia Dirección General de Tráfico para que se tomen medidas correctoras con los excesos de velocidad en la ciudad. A su juicio, la instalación de radares tiene un coste reducido para las arcas municipales y puede salvar vidas. "Pero -explican- desde a Xefatura da Policía Local de Ourense fan oídos xordos ao clamor popular, realizando informes desfavorables, tendenciosos e con falta de rigor".

Mientras que un sector de la Policía Local echa en falta firmeza por parte del Concello para que inste a la jefatura del cuerpo a realizar controles, el ente local asegura que los informes que obran en su poder no relacionan los accidente más graves con los excesos de velocidad sino con imprudencias como la conducción distraída y desatenta. "El Concello está a favor de regular aquellas zonas más sensibles. En la Carretera de A Granxa se dio cumplimiento a las demandas de los vecinos, y Seixalbo, tal como ocurre con las zonas escolares, es zona 30", aseguran fuentes municipales. Asimismo, instan al SPPME a que, si detectan carencias en alguna zona, "trasladen un informe al Concello para que los técnicos analicen las medidas a adoptar, porque lo primero es la seguridad de los ciudadanos". Para el Concello, "es mejor prevenir y concienciar que sancionar".

En el caso de la carretera de Seixalbo, en donde tuvo lugar el último atropello mortal el pasado día 19 -la víctima falleció dos días después-, la asociación de vecinos San Breixo también critica la escasa iluminación y falta de señales luminosas de una concurrida carretera, salida natural de la ciudad hasta barrios y lugares de trabajo de muchos ourensanos. Una petición reiterada de este colectivo ante la Xunta, la titular de la esa vía pública, son los pasos de cebra sobreelevados para obligar a los conductores a frenar, así como la supresión de carriles para evitar los excesos.

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