La Diputación aprobó inicialmente los presupuestos para 2014 -una cifra que suma 73,7 millones de euros- sólo con los 15 votos del PP, aunque suficientes para validar las cuentas que el gobierno de la institución manejará el próximo año. Lo hizo en un pleno ordinario en el que tomó posesión como diputada socialista Carmen Figueiral, en sustitución de José Carlos Martínez-Pedrayo.
Fue el portavoz popular, Plácido Alvarez, el encargado de defender el proyecto presupuestario del grupo de gobierno, por mucho que los socialistas intentaron -incluso a través de una cuestión de orden que no aceptó el presidente- que interviniese el vicepresidente económico, Rosendo Fernández, al que se dirigieron en varias ocasiones para poner en evidencia su supuesto desconocimiento de las cuentas de la institución. Alvarez destacó, entre una larga lista de medidas, la 'irrenunciable' capacidad de la Diputación para asistir a los pequeños concellos, aportando íntegramente los fondos para los planes provinciales; el 'compromiso' con el deporte, la cultura y las entidades sociosanitarias -350.000 euros para cada uno de estos sectores- o la línea adicional de préstamos a concellos sin apuros, a interés cero y que fue menospreciada por BNG y PSdeG, alegando que desde hace años se otorgan adelantos de dinero a los municipios que tienen cedida la recaudación de tributos a la Diputación. En definitiva, las cuentas de la 'recuperación económica da institución e a vontade de ser útil á sociedade'
LA OPOSICIÓN
Tanto la oposición nacionalista, por boca de Leopoldo Rodríguez, como socialista, en manos de Ignacio Gómez, obviaron el detalle de los números para centrarse en la crítica a la estrategia económica del presidente, Manuel Baltar, y en sus medidas o planes privatizadores de servicios. Son un 'expolio' para Rodríguez y llegan demasiado tarde, a juicio de Gómez, cuando ya no hay margen para mantener la 'política clientelista' de contratación de personal. Rodríguez concluyó que la mejor Diputación 'é a que non existe' y Gómez hizo hincapié en el pago de más de 70.000 euros por un servicio de vigilancia cuando hay tanto bedel y portero en el personal; en el aumento de un 6% del gasto en la secretaría del presidente, en el 'ridículo' canon que paga la empresa concesionaria del párking del Hospital pese a tener las tarifas más caras de la ciudad -avisó de posibles medidas legales si no se pone remedio a ello- y en la posibilidad de que haya que devolver 10,2 millones de euros que reclama la UE por la gestión de depuradoras, y que no está contemplada en el presupuesto.
Manuel Baltar, intervino el presidente de la institución, para negar el expolio -porque la gestión se externaliza pero se mantiene la propiedad sobre los bienes, o se crean sociedades mixtas que garantizan la defensa de los servicios públicos- y para insistir en que la externalización de infraestructuras -Paco Paz, Principal o Centro Cultural-se está explorando, también en el ya anunciado servicio de vías y obras, porque esta Diputación es la única que no tiene privatizado el servicio. Sí apoyó un debate sobre el estado de la provincia y gesticuló afirmativamente cuando su portavoz replicó, a propósito del parking, que cuando Pachi Vázquez gobernó en Carballiño otorgó la concesión de un estacionamiento público a cambio únicamente de unas plazas para que pudiesen aparcar coches municipales.
La misma sesión aprobó la relación de puestos de trabajo para 2014 y del plan de ordenación de recursos humanos, entre las críticas de la oposición, y modificaciones del presupuesto general y del Inorde, donde se volvió a cuestionar la viabilidad de ese organismo.
La Corporación sí se unió para aprobar la implantación del voto telemático, a petición de la socialista Victoria Morenza, embarazada, que se congratuló por la medida, para la que pidió agilidad.
LA OPOSICIÓN
Tanto la oposición nacionalista, por boca de Leopoldo Rodríguez, como socialista, en manos de Ignacio Gómez, obviaron el detalle de los números para centrarse en la crítica a la estrategia económica del presidente, Manuel Baltar, y en sus medidas o planes privatizadores de servicios. Son un 'expolio' para Rodríguez y llegan demasiado tarde, a juicio de Gómez, cuando ya no hay margen para mantener la 'política clientelista' de contratación de personal. Rodríguez concluyó que la mejor Diputación 'é a que non existe' y Gómez hizo hincapié en el pago de más de 70.000 euros por un servicio de vigilancia cuando hay tanto bedel y portero en el personal; en el aumento de un 6% del gasto en la secretaría del presidente, en el 'ridículo' canon que paga la empresa concesionaria del párking del Hospital pese a tener las tarifas más caras de la ciudad -avisó de posibles medidas legales si no se pone remedio a ello- y en la posibilidad de que haya que devolver 10,2 millones de euros que reclama la UE por la gestión de depuradoras, y que no está contemplada en el presupuesto.
Manuel Baltar, intervino el presidente de la institución, para negar el expolio -porque la gestión se externaliza pero se mantiene la propiedad sobre los bienes, o se crean sociedades mixtas que garantizan la defensa de los servicios públicos- y para insistir en que la externalización de infraestructuras -Paco Paz, Principal o Centro Cultural-se está explorando, también en el ya anunciado servicio de vías y obras, porque esta Diputación es la única que no tiene privatizado el servicio. Sí apoyó un debate sobre el estado de la provincia y gesticuló afirmativamente cuando su portavoz replicó, a propósito del parking, que cuando Pachi Vázquez gobernó en Carballiño otorgó la concesión de un estacionamiento público a cambio únicamente de unas plazas para que pudiesen aparcar coches municipales.
La misma sesión aprobó la relación de puestos de trabajo para 2014 y del plan de ordenación de recursos humanos, entre las críticas de la oposición, y modificaciones del presupuesto general y del Inorde, donde se volvió a cuestionar la viabilidad de ese organismo.
La Corporación sí se unió para aprobar la implantación del voto telemático, a petición de la socialista Victoria Morenza, embarazada, que se congratuló por la medida, para la que pidió agilidad.
