SEMANA SANTA

Devoción y fervor en el día de la Pasión

photo_camera Trono del Santo Cristo, con su imagen en el interior, en procesión por las inmediaciones de la Catedral, rodeado de fueles y cofrades, en la ciudad.

Ourense y numerosas localidades celebraron los días grandes de la Semana Santa con fervor. Las procesiones y la escenificación de la Pasión en Celanova mostraron especialmente la devoción de

Pese a que masivamente sea considerada como unas "minivacaciones" en las que hacer una "escapadita", la acepción original de la Semana Santa no es otra que la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas y Ourense es también escenario de ello.

A pesar de que la Semana Santa dio comienzo el pasado día 29 de marzo con el Domingo de Ramos, es especialmente el Viernes Santo, cuando se conmemora la muerte de Cristo, un día para el fervor y la manifestación religiosa en la calle. Así se repitió un año más en la ciudad de As Burgas y en múltiples localidades de la provincia, este año con buen tiempo, lo que atrajo a miles de feligreses a los templos y a las procesiones.

Desde las nueve de la noche del Viernes Santo se celebró en la capital la tradicional procesión del Santo Entierro. En este marco, los nueve pasos de la Santa Cena, la Flagelación, Jesús Nazareno, el Santo Cristo del Perdón, el Santo Cristo de Ourense, la Piedad, la Cruz desnuda, el Cristo Yacente y la Dolorosa recorrieron al caer el día las principales calles del Casco Vello y del centro. Previa al Santo Entierro se celebró, tanto en la Catedral como en numerosas parroquias, la tradicional misa de la Pasión del Señor.

Además de las parroquias e iglesias, la Catedral de San Martín acogió ayer, Sábado Santo, la celebración de la Vigilia Pascual en la Noche Santa, la celebración litúrgica que anuncia la Resurrección de Jesús. Dos jóvenes, un chico y una chica, recibieron los tres sacramentos de la iniciación cristiana: el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación.

Fuera de la ciudad, Celanova fue, sin duda, otro de los escenarios centrales de la Semana Santa ourensana. La abarrotada iglesia del Monasterio de San Salvador se convirtió, otro año más, en la mañana del Viernes Santo en el escenario de la tradicional escenificación del proceso contra Jesucristo y su crucifixión. Asistentes procedentes de numerosos puntos de Galicia presenciaron el acto de, aproximadamente, hora y media de duración, que es ya un clásico de la Semana Santa en la comarca.

Fieles a la historia, las cerca de 60 personas que participaron representaron los distintos capítulos evangélicos, desde la Última Cena a la oración en el huerto de los Olivos, la traición de Judas Iscariote, el juicio ante el sumo sacerdote Caifás, la acusación ante Poncio Pilatos, el camino del Calvario y la Crucifixión, protagonizada por segundo año consecutivo por el celanovés Alexandre Diz.

La festividad en Carballiño

La procesión de Os Caladiños en la noche del Viernes Santo y el tradicional Viacrucis solemne en la mañana de ayer, Sábado Santo, fueron los principales actos litúrgicos que se celebraron en Carballiño. Fieles a la tradición, los vecinos siguieron las procesiones, con salida y llegada al templo de A Veracruz, por las calles más céntricas de la localidad. Numerosas personas se dieron cita en las calles para presenciar o participar en la procesión, al igual que ocurrió en otras villas como Verín, Ribadavia, Xinzo u O Barco, y en entornos emblemáticos como el santuario de As Ermidas, donde la celebración religiosa fue especialmente emotiva.

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