Jesús Vázquez vincula el rechazo de la oposición al clima electoral: "Non queren que saia nada"
Las ciudades españolas siguen apostando por restringir la práctica del botellón y las pioneras incluso se plantean endurecer sus ordenanzas, mientras en el Concello de Ourense, donde hoy se debate su prohibición, la oposición sigue dudando de la necesidad de implantar esta medida.
Solo en los últimos meses, una decena de ayuntamientos españoles se ha unido a la regulación de esta nociva práctica. En Palma de Mallorca entró en vigor la ley antibotellón el pasado mes de diciembre, con acuerdo de todos los grupos; en Manzanares (Ciudad Real), modificaron en octubre su ordenanza de convivencia para añadir la prohibición de beber en la calle; en Puente del Arzobispo (Toledo) prohibieron en enero el botellón por completo, tras fracasar el botellódromo; y en Valencia acaban de finalizar la que será su primera ordenanza.
En Badalona, la segunda ciudad más poblada de Cataluña, se plantean endurecer las sanciones tras 10 años de prohibición, al no haber conseguido erradicarlo del todo; en Logroño entró en vigor la prohibición el pasado verano, al igual que en Begíjar (Jaén) y la localidad turística de Noja (Cantabria); en Alicante comenzaron a multar por esta práctica en septiembre.
Más reciente es la prohibición en Punta Umbría (Huelva), cuyo Ayuntamiento derogó la legalidad del botellón el pasado 30 de enero, ya que atraía a menores de toda la provincia.
Las urbes gallegas tienen ordenanzas en este sentido desde hace una década. En Vigo, la implantaron en 2009; y en A Coruña y Pontevedra en 2008, en este caso creando zonas de especial protección en las que quedan prohibidas las grandes aglomeraciones de noche. Poco después llegó la ordenanza de Santiago, que acabó con las grandes fiestas de estudiantes en la calle consumiendo alcohol.
Si la oposición no rectifica sus intenciones, Ourense se quedará junto a Lugo y Ferrol en el listado de urbes gallegas que siguen sin poner coto legal a la barra libre etílica en las calles cada fin de semana.
Reproches en Ourense
El alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, advirtió ayer a la oposición "de que estamos falando da saúde", pidiendo el apoyo de los grupos para poder aprobar la normativa de manera inicial.
"O PP non quere botellón porque non aporta nada. Sobre todo é un problema de saúde, pero tamén ocasiona molestias, ruídos ou vandalismo", destacó el regidor, que engloba el posicionamiento del resto de partidos "nunha situación electoral e que non queren que saia nada", centrándose sobre todo en el PSOE y asegurando "que este tema xa se falara co anterior portavoz e parecía que non ía haber problemas".
Vázquez asegura que se han aceptado las enmiendas que no suponían un problema jurídico para la ordenanza y garantizó que "nós seguiremos adiante e en caso de non aprobarse, eles terán que dar explicacións".
Como ya manifestó en su momento Sofía Godoy, el alcalde ourensano aseguró que el gobierno convocó diferentes reuniones para tratar el tema, "cun borrador que xa é froito de escoitar á cidadanía" durante la fase de consulta pública.
"Temos un problema e hai unha ferramenta, ata eu mesmo mantiven encontros. Non sei que pasará, pero o noso deber é seguir", concluyó el alcalde ourensano.
