Personal de Urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) se concentró ayer para protestar por el 'auténtico caos' que, dicen, genera el sistema de gestión de los pacientes que acuden a este servicio, pues, a su juicio, provoca que 'en ocasiones, los pacientes permanezcan en observación hasta tres días, momento en el que decide su ingreso o su derivación a domicilio'.
Para los profesionales del sector, el sistema, que se implantó hace unos meses, ha provocado que el número de observaciones aumente del 10 al 40% en los últimos tres meses, lo que, aseguran, 'trae consigo una saturación del Servicio de Urgencias provocando el amontonamiento de camillas en los pasillos, privando a los enfermos de intimidad, sin baño propio, etcétera'.
Por el contrario, la dirección del centro sostiene que este sistema de trabajo 'está a mellorar os tempos de atención e ingreso' y atribuye la protesta a la confusión de 'reivindicacións laborais con problemas asistenciais'. Así, desde el centro se insiste en que 'como é habitual nestas datas' existe un repunte de urgencias' aunque no implica, mantiene, 'carencia algunha na capacidade de hospitalización'.
Sin embargo, los trabajadores insisten en que no se trata de una situación puntual y que, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones en las que se produjo un colapso hospitalario por falta de camas, 'no es el caso de estos meses, en los que se mantiene una media de 100 camas libres'. Para ellos, 'la situación es deprimente, indignante y denigrante, provocando un alto nivel de inseguridad en los profesionales responsables de la atención. Consideramos que es el peor ambiente para tratar a un enfermo'.
Por el contrario, la dirección del centro sostiene que este sistema de trabajo 'está a mellorar os tempos de atención e ingreso' y atribuye la protesta a la confusión de 'reivindicacións laborais con problemas asistenciais'. Así, desde el centro se insiste en que 'como é habitual nestas datas' existe un repunte de urgencias' aunque no implica, mantiene, 'carencia algunha na capacidade de hospitalización'.
Sin embargo, los trabajadores insisten en que no se trata de una situación puntual y que, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones en las que se produjo un colapso hospitalario por falta de camas, 'no es el caso de estos meses, en los que se mantiene una media de 100 camas libres'. Para ellos, 'la situación es deprimente, indignante y denigrante, provocando un alto nivel de inseguridad en los profesionales responsables de la atención. Consideramos que es el peor ambiente para tratar a un enfermo'.
