Presidenta de la Asociación para la Exclusión Social (APES)

Raquel Crespo: ‘La crisis generará más exclusión social y amenazará la reinserción de antiguos presos’

La Asociación para la Prevención de la Exclusión Social nació hace poco más de un año, con la intención de concienciar sobre la situación de las personas que han pasado por una prisión, pero que a su vuelta a la calle se encuentran ‘marcados’ por la sociedad. La presidenta del colectivo, Raquel Crespo, hace un repaso a la situación del día a día de este colectivo.
¿Cuáles son las prioridades de la asociación que preside?

La Asociación para la Prevención de Exclusión Social (APES) tiene como principal objetivo la prevención de la exclusión social de colectivos desfavorecidos y, sobre todo, de reclusos y reclusas. Esta asociación nace en abril del año pasado como resultado de satisfacer una necesidad personal, mi necesidad de llevar a cabo un proyecto al que llevaba algunos años dándole vueltas. Para ello, he contado con el apoyo de un grupo de personas que sabían de mis inquietudes y decidieron ayudarme en esta aventura, convirtiéndose conmigo en socias. Además, hay personas que sin formar parte directa de la asociación nos han apoyado y que son, por decirlo así, una parte de nosotros.

Esa exclusión, ¿en qué se traduce?

No es fácil la pregunta. La exclusión es algo que a veces se hereda, como en los niños que viven en zonas marginales o se han criado con una falta de valores sociales muy importantes. La exclusión ha formado parte de su aprendizaje. En otras ocasiones, aparece en edades más tardías como resultado de la falta de trabajo; adicciones diversas o problemas relacionados con la salud. Pero a mí lo que me preocupa es la relación que hay entre exclusión social y delincuencia. Por eso nuestro trabajo está enfocado a la prevención de la exclusión de la gente que ha pasado por una prisión, pero no desde el enfoque de la oportunidad que se les da para que se reinserten en la sociedad, sino desde la no reincidencia delictiva. Pero debo reconocer que no somos tan inocentes como para creer que esta reinserción se va a conseguir siempre y en un alto porcentaje.

¿Y eso qué quiere decir exactamente?


Nuestra filosofía es que cada ex recluso que se reinserta de forma efectiva es un delincuente menos; pero tampoco somos inocentes como para creer que se va a conseguir en un alto porcentaje alto, porque eso no es cierto.


¿Cuáles son los sectores sociales más afectados?

Teniendo en cuenta la actual crisis económica, los sectores sociales se amplían y la exclusión llegará a más personas y, sin duda, vendrá por la falta de recursos económicos. Por supuesto, en APES lo que más nos preocupa es la situación de desesperación que podrán vivir muchas personas, como puede ser el caso de los ex presos que, queriendo cambiar de vida, queriendo aprovechar la oportunidad, no tengan posibilidades y vuelven a reincidir.

¿Cuál debe ser la conducta de la sociedad?

No resulta sencillo decir cómo debe ser. Lo fácil es decir que todos merecemos una oportunidad, que un error lo tiene cualquiera y todo ese tipo de frases recurrentes, que no son más que frases hechas pero sin contenido. La realidad es otra; el colectivo de presos es uno de los peor vistos socialmente, porque han causado daño, en muchos casos irreparable y evidentemente la sociedad responde a eso de la forma que sabe. No se le puede exigir a la sociedad que diferencie a unos reclusos de otros, aunque así tendría que ser, porque dentro de una prisión hay muchas personales, muchos errores cometidos y demasiadas vidas rotas desde la infancia.

¿Cuál es vuestra relación con las instituciones de Ourense?

Como cualquier colectivo de la ciudad, estamos siempre vinculados a las instituciones, ya que en gran medida dependemos de ellas. Por nuestra parte, sólo puedo decir que estoy satisfecha y agradecida por el interés mostrado por parte de los responsables institucionales con los que hasta ahora he tratado desde que soy presidenta de APES.

Ahora tienen en marcha un programa de teatro en la pri sión de Pereiro de Aguiar, ¿en qué consiste?

Pretende utilizar el teatro como una herramienta de socialización para acercar al colectivo a los problemas, tratando de crear conciencia y promover actitudes sociales que favorezcan la convivencia. Así, hemos creado un grupo de teatro formado por reclusos y, después, invitamos a otros grupos que tengan alguna peculiaridad, como el de la ONCE, que ya estuvo con nosotros. La condición siempre es que estos grupos que invitamos sean especiales (discapacitados o de la tercera edad) o que la obra se centre en alguna problemática social. De cara al futuro, ¿en qué trabaja APES? Tenemos que partir siempre desde la prevención de la delincuencia y teniendo el objetivo final de prevenir la exclusión social, como digo. En estos momentos, en la asociación estamos ejecutando un plan en la sección abierta del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar, que consiste en un programa de intervención con reclusos y reclusas que están próximos a salir, puesto que se trata de prepararlos para salir a la calle a través de diferentes talleres en los que trabajan diferentes aspectos y un seguimiento individualizado de los casos.


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