Ocho razones por las que el magosto es la mejor fiesta de Ourense

2014021100434745773
photo_camera Los magostos, LA fiesta.

Desgranamos algunas de las motivaciones que provocan que este fin de semana vuelvas a echarte al monte con tus amigos

El magosto está insertado en el ADN de Ourense, una provincia que, año tras año, vuelve a dedicar un maravilloso día para juntarse con sus amigos y ocupar el monte, una casa, la asociación de vecinos o el campo de la fiesta. La excusa son las castañas; y los chorizos, criollos, costillas, pan, cerveza, vino o licor café funcionan como invitados obligatorios de una fiesta que se ha perpetuado entre nosotros por multitud de razones. Aquí detallamos algunas de ellas. 

 

.Potenciar la pandilla y su utilidad práctica El magosto es una festividad hecha por y para la pandilla de amigos. Uno de esos días en los que se pasa lista, que nadie quiere perder aunque esté viviendo fuera. Porque quieres estar con tus colegas. Además, esta fiesta funciona como un recordatorio de lo disciplinado que podemos a llegar a ser, cuando interesa. De forma inconsciente, un grupo eficiente llega a los magostos con los roles perfectamente asignados. El tesorero (indispensable para recaudar el bote), el hombre del tiempo (ardua tarea, la de escudriñar las predicciones meteorológicas durante la semana previa), la persona que comprará el alcohol, la que se encargará de la carne y su perfecta preparación, el responsable del fuego (un bien muy preciado en el magosto, más aún cuando hace mal tiempo) o los encargados de la limpieza. Un verdadero reloj suizo. 

 

 

.Recuperar tu estética adolescente Da igual que tu referencia estética actual sea Paul Weller o Alexa Chung. En tiempo de magostos, uno se viste como cuando estaba en el instituto. Adiós camisas y pitillos, hola sudadera de capucha y pantalón adidas. Un bello recordatorio de lo que fuimos alguna vez aparte de ser, sin duda, el mejor atuendo posible para retozar cual cabras montesas por Montealegre. Viva el chándal. 

 

 

.Ah, la naturaleza Tenemos la comida, la bebida y estamos vestidos para la ocasión. Ya podemos tirar para el monte. Normalmente, como buen urbanita, no sería un contexto que me apeteciese mucho. Pero una vez al año, hay que reconocer que el cambio del gris al verde apetece, está muy guay. Subir por las piedras, escoger un buen sitio, hacer el fuego. Tareas primarias que te reconcilian con el hombre o mujer sencillo que se encuentra dentro de ti. No todo va a ser ver pelis o escuchar música. Saber escoger la madera ideal para plantar la hoguera también puede ser algo plenamente satisfactorio. 

 

 

.Comer como en tu cumpleaños Cuando era pequeño, una de las mejores cosas que tenía cumplir años era que mis padres me preparaban mis platos de comida favoritos. Una vez que entras en la vida adulta y te deprimes descubriendo que es muy posible que el día de tu cumple lo celebres tomando un humilde sándwich de pavo, fiestas como el magosto son una excelente oportunidad para retornar a la infancia y degustar tus manjares preferidos. Choricitos, criollos, costillas, salchichas o hamburguesas. Tu imaginación es el límite. 

 

 
 
.Botellón galaico No nos engañemos, el magosto esconde dentro el espíritu de un botellón. Porque chaval, hace 50 años tus abuelos ya hacían con sus amigos lo que haces tú un sábado por la noche. ¿O cómo llamarías a fiestas populares consistentes en tomar vermú con el aperitivo, compartir mesa y mantel con colegas en una comida regada por abundante vino y después, una vez que la cogorza está bien asentada con licores variados, echarse un pasadoble con la charanga/orquesta? Un contexto social estupendo, que las nuevas generaciones hemos enriquecido, eso sí, aportando el ron negrita, que se ha terminado convirtiendo en el siglo XXI en un elemento omnipresente en cualquier celebración, véase Magosto, Festa da Istoria, Entroido o cualquier romería que se precie. Botellón galaico rules
 

 

.Fiesta transversal Como buena farra tradicional, ésta es una celebración vertical, para todas las edades, que saben aprovechar sus rasgos diferenciadores. El colegio funciona para los niños como puerta de entrada a los magostos que después, ya adolescente, servirán de excusa para tener un día de libertad en el monte. Tras una década silvestre, según se acerque la treintena la opción de celebrarlos en la casita de campo irá cobrando más fuerza hasta que finalmente la llegada de los hijos cierre el primer círculo de una fiesta que uno seguirá celebrando a lo largo de toda la vida. Faltaría más. 

 

.24 hour party people ¿Cuándo se da realmente por finalizada una fiesta como ésta? Bien es cierto que existe la vía prudente, la de retornar a casa al atardecer y cerrar la jornada. Pero maldita sea, mientras el cuerpo aguante, esto está planteado como una rave. Al magosto se va de buena mañana y se vuelve al día siguiente. Unos, aventureros, tras haber pasado la noche en el monte. Otros, los valientes, después de retornar a la civilización y ejecutar una paradinha (ducha y cena) que permita volver con fuerzas renovadas a los brazos de Baco. Nadie dijo que fuera fácil, pero la recompensa es alta. Las noches de magosto acostumbran a ser épicas. 

.Denominación de origen ourensana El plan de estar todo un día con tus amigos, comiendo y bebiendo, es una genialidad táctica de la que los ourensanos pueden estar muy orgullosos. O si no, que alguien me diga una forma mejor de pasar un sábado. Como dijo un amigo el otro día, "Bill Gates tendrá mucho dinero, pero seguro que nunca celebró un buen magosto". 

Te puede interesar