Decenas de fieles y curiosos fueron, el día después, a la capilla para ver su estado y fotografiarlo

El recuerdo de la desolación

El incendio que asoló la capilla de Os Remedios dejó un lastre de desolación, hasta de estupor, entre fieles y curiosos ourensanos, que ayer, a modo de goteo, no dejaron de pasar por el entorno para intentar comprobar de cerca los daños y asomar la cabeza por el interior de las destrozadas ventanas, en busca de una explicación al fuego y de información de primera mano.
Los políticos ya se han puesto a la tarea de la recuperación, que se las trae, dado el estado en el que ha quedado el interior, como se recuerda en las imágenes inferiores, inolvidables en la retina de los que acudieron a ver el efecto del fuego.

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