"Me rompió la nariz porque me cayó cerveza en el suelo”

El inculpado, sentado en el banquillo, escucha la versión del portero.
photo_camera El inculpado, sentado en el banquillo, escucha la versión del portero.
El vigilante de discoteca acusado sólo admite una maniobra de defensa para esquivar un botellazo

Un altercado en una discoteca de la ciudad a altas horas de la madrugada pasó ayer a la sala de vistas del Juzgado Penal 1. El jefe de pista, una especie de vigilante de seguridad,  se sentó en el banquillo acusado de fracturarle la nariz a un cliente a las seis de la madrugada del 28 de julio de 2019 tras un contundente puñetazo en la cara. El perjudicado enmarca la reacción del supuesto agresor, César Manuel B.P., en “la actitud prepotente del personal de esa discoteca”, en donde, según explicó a la jueza, le montaron “un lío” porque pidió una cerveza y le cayó un poco de espuma al suelo. 

El inculpado lo niega y asegura que el denunciante, un cliente “conflictivo”, armó jaleo en la planta inferior de la discotea Urbe, en la calle Ramón Cabanillas.  Solo -añadió- se limitó a echarlo de la sala de fiestas cuando amenazaba con agredir con el botellín de una cerveza a los allí presentes. Aseguró que levantó el brazo para protegerse de un amenazante envase de vidrio en la mano de un individuo “muy pasado de alcohol y drogas”, y que se limitó a apartarlo hacia atrás. 

La defensa hizo hincapié en la “falta de lógica, coherencia y credibilidad” de la versión dada por la víctima, máxime cuando “acudió al médico 72 horas después cuando supuestamente tenía la nariz fracturada y el dolor tenía que ser insoportable”. La abogada tan siquiera admite la agresión accidental. Acudió, según esa versión, a la pista en donde estaba el denunciante “por un altercado, ya que amenazaba al personal de la discoteca” con un botellín de cerveza en la mano que sujetaba por el cuello del envase, de forma invertida. Sí admite que levantó el brazo para protegerse.  Y atribuyó la denuncia “a la inquina que le tiene a mi representado”.

El personal de la discoteca cerró filas en torno al acusado. El portero destacó el comportamiento “agresivo y violento” del denunciante. “Se encaró con César y le dijo que iba reventarlo”. Otros incluso escucharon que “no había cojones para echarlo”.  

Petición de prisión

La fiscal mantuvo la petición de un año de prisión. La acusación pública apuntala su versión “en unas lesiones compatibles con una agresión directa en la cara, tal como dice el forense”. Y destacó a un testigo que dice “que hubo un codazo intencionado en la cara”.

El lesionado precisó 30 días para recuperarse, aunque no le restaron secuelas. Según el parte de lesiones, sufrió una contusión facial con fractura de la órbita ocular izquierda y los huesos de la nariz.  La indemnización la fijó en 1.800 euros.

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