El puente festivo dio un respiro a comerciantes y hosteleros, con As Burgas como principal reclamo

Por San José, mejor en casa de los amigos

As Burgas sigue siendo el gran atractivo de la ciudad.
Pese a los malos augurios que pronosticaban un bajón en el turismo de interior, la festividad de San José ha dejado un buen sabor de boca entre los comerciantes y hosteleros de la ciudad, aunque no se haya llegado a colgar el cartel de completo en muchos de los establecimientos. Un hecho que demuestra que la ciudad de Ourense y el resto de la provincia siguen entrando en los planes de los turistas. Y cuando a muchos las dificultades económicas les aprietan, el lema es economizar.
Un matrimonio con sus dos hijos fisgan las postales en una tienda de ‘souvenirs’ en la calle de las Burgas. Al otro lado del Miño, una pareja de treintañeros se hace una foto con una cámara digital sobre el puente romano para inmortalizar el momento. Un grupo de seis personas esperan en la Praza Maior para subirse al tren turístico y conocer los rincones más emblemáticos de la ciudad de As Burgas. Como ellos, la estampa de visitantes procedentes de otras comunidades que se vió desde el pasado jueves y durante todo este fin de semana, coincidiendo con el puente de San José, no dejaba lugar a dudas: Ourense y el resto de la provincia están en los mapas de los viajeros que planean hacer turismo de interior en Galicia. As Burgas y el casco histórico de la ciudad fueron, sin duda, los lugares predilectos de los visitantes. ‘Por cierto, ¿no sabréis de algún sitio que esté bien para comer, verdad?’. Nieves, una joven madrileña que visitaba la fuente de las As Burgas en compañía de dos amigas, devolvía así las preguntas que le hacía el periodista sobre por qué Ourense para pasar unos días de descanso. Y es que la crisis obliga, en efecto, está muy presente; por eso viajar y apretarse el cinturón van de la mano. ‘Lo importante es gastar muy poquito cuando se viaja’, comenta.

As Burgas, la estrella

Ruth, una hostelera de un bar ubicado en los soportales de la Praza Maior, confirma que lo primero que pregunta la gente al llegar es: ‘¿Dónde se puede comer aquí?’. Y si muchos cuidan el bolsillo para comer, otros también se aprietan el cinturón cuando buscan alojamiento: ir a casas de amigos o de familiares suele ser lo más recurrido entre los que quieren llegar a final de mes. ‘Así tenemos más dinero para gastar’, ironizaba un joven turista a las puertas de la Catedral, antes de doblar un callejero de la ciudad entre las manos.

Pese a los malos augurios que pronosticaban que la llegada de turistas sería menor de la esperada, lo cierto es que las altas temperaturas y el buen tiempo ayudaron bastante para convencer a muchos de los atractivos turísticos de la ciudad durante este puente festivo. Sobre todo, por su termalismo. ‘¿Quedan muy lejos las Burgas de aquí?’, pregunta un turista a un policía local.

Turismo rural

‘No nos está yendo mal durante estos días, tenemos prácticamente todo reservado desde el pasado jueves’, según reconoce Juana Díaz, la dueña de la Casa Rural A Palleira, en Allariz.

Sí matiza, en cambio, que al cien por cien no hemos estado, pero sí sobre un 70 por ciento’, por lo que no nos podemos quejar sobre todo por la crisis y porque la gente prefiere quedarse en su casa’, asegura. En otros zonas de la provincia, la ocupación hotelera parece que se resiente menos de lo esperado. En Casa D’Asperelo, en el concello de Entrimo, reconocen que ‘la cosa está funcionado bastante bien, porque el puente de San José -explican- tenemos bastantes turistas, aunque al parecer por la zona de la Ribeira Sacra no parece que la cosa esté mucho más floja’, afirman. Si se mira qué ha dado de sí en la zona de O Barco de Valdeorras, el número de pernoctaciones se situó también entre el 70 u 80 por ciento, como señalan desde el Pazo do Castro.

‘En nuestro caso, sobre todo vienen familias o parejas, pero tampoco se gasta tanto como hace años’, afirman.


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