El bum turístico también afecta positivamente al entorno del monasterio de San Pedro de Rocas. El alcalde de Esgos, Mario Rodríguez, apunta que ya más de 9.000 personas han visitado el templo en lo que va de agosto, y aguarda que se superen los 20.000 turistas en todo el verano.
Rodríguez añade que en esta temporada estival se ha superado ya el número de turistas registrado en 2020, año lastrado por la pandemia, y también el de 2019. El regidor de Esgos sostiene que las visitas, lejos de menguar, se continúan incrementando: en los últimos siete días llegaron más de 3.000 personas.
Camino real
Aunque la mayoría de visitantes que acuden al monasterio lo hacen en coche, parte de ellos disfrutan del Camino real de San Pedro de Rocas, una ruta circular de nueve kilómetros de longitud homologada por la Federación Galega de Montañismo y señalizada de forma completa. La ruta puede encararse desde diferentes puntos, aunque su punto álgido, a nivel patrimonial, es el propio monasterio, fundado en el año 573, integrado en este entorno natural y considerado una de las mayores joyas de la Ribeira Sacra. Pero este no es el único atractivo con el que cuenta el itinerario. En su bosque se agolpan los robles en torno a un camino empedrado que mantiene un recuerdo: el de las ruedas de carros que antiguamente circulaban por allí y han dejado su marca indeleble.
Y también pueden apreciarse las formaciones rocosas que dan nombre al monasterio, así como la aldea de Quinta do Monte, conectada con el núcleo poblacional de Esgos por una pronunciada pendiente.
