Hace apenas unos meses, el fotógrafo de La Región, José Paz, fotografiaba con detalle el interior de la capilla de Os Remedios, sin sospechar la tragedia que se avecinaba. Estas imágenes y otras muchas que guarda en sus archivos cobran ahora un valor y un sentido muy especiales, para transmitir a las futuras generaciones de ourensanos.
Las fotografías recuerdan el interior de aquella ermita, con sus exvotos de cera o en forma de barcos o manuscritos, las túnicas o hábitos de los ofrecidos que dejaron las prendas en el colgador todo el año, listas para ser nuevamente usadas el 8 de septiembre.
También muestran cómo era el suelo de piedra, gastado pero hermosísimo, las columnas que sustentaban la cubierta ahora destruida o el panteón del fundador de la ermita, Francisco Méndez Montoto, con su estatua arrodillada mirando en oración hacia la Virgen. Había también constancia de peculiares donaciones, como un brazo y una pierna de plata, entregados tras conseguir la recuperación de una parálisis y de un derrame cerebral.
También muestran cómo era el suelo de piedra, gastado pero hermosísimo, las columnas que sustentaban la cubierta ahora destruida o el panteón del fundador de la ermita, Francisco Méndez Montoto, con su estatua arrodillada mirando en oración hacia la Virgen. Había también constancia de peculiares donaciones, como un brazo y una pierna de plata, entregados tras conseguir la recuperación de una parálisis y de un derrame cerebral.
