La Policía Local cuenta desde este miércoles con tres desfibriladores, convirtiéndose en el segundo cuerpo de estas características en Galicia en incorporarlos a la sede oficial. El objetivo, según detallan, es mejorar el servicio público que se presta a la ciudadanía, para poder atender de manera ágil paradas cardiorrespiratorias y aplicar la reanimación en los primeros minutos del suceso, lo que conlleva tasas de supervivencia próximas al 75%.
Sin embargo, no todo el mundo está preparado para utilizar estos equipos, sino se debe pasar un curso de formación específica que ya han superado 60 agentes del cuerpo ourensano, a los que se sumarán próximamente más efectivos.
Las claves de los cursos son obtener habilidades para iniciar la cadena de supervivencia, reconocer de forma rápida una parada cardiorrespiratoria, aplicar las técnicas de permeabilización de la vía aérea, incluyendo las medidas iniciales ante la obstrucción por un cuerpo extraño, realizar una reanimación de alta calidad y utilizar el desfibrilador de una manera eficaz.
"No hay que olvidar que dentro del protocolo correspondiente se produce una acción coordinada con los servicios médicos, con el objetivo de garantizar la debida continuidad asistencial y el seguimiento médico de la persona afectada", explica la Policía Local.
