Suso Silva (Ourense, 1962) es el padre de la criatura, el director artístico, además de Nosferatu y Bitelsuso en el Circo de los Horrores que se ha instalado en la explanada de Samil, en Vigo, donde ofrecerá sus funciones hasta el domingo, día 7. Con una propuesta innovadora, Silva asegura que 'con este show quiero quitarle la caspa al circo tradicional y acabar internando a los espectadores en nuestro manicomio'.
En una fusión del teatro de vanguardia, el circo más actual y un cabaret salvaje se comprometen a dos horas y media de espectáculo divertido y entretenido con un humor golfo y políticamente incorrecto.
Con más de 40 artistas en pista de doce nacionalidades diferentes, quince trailer y veinte técnicos ofrecen una alternativa al circo tradicional que va por otros cauces que del manido Circo del Sol: '¡Quién me diera tener sus recursos! Pero nuestra propuesta es más cálida, más latina y mucho más asequible para el espectador'.
UN PARTICULAR PSIQUIÁTRICO
En la segunda versión del Circo de los Horrores, donde cambian el castillo por la clínica psiquiátrica, reúne monologuistas perturbados, enfermeras bipolares, equilibristas, internas con números de trapecio colgadas por el cabello o músicos que tocan la batería al tiempo que hacen malabares. Todos ellos metido en una carpa blanca con una cruz roja que recuerda a un hospital de campaña, de 15 metros de ancho por 10 de largo. 'No es un espectáculo recomendado para menores de 12 años, pero viene público de todas las edades', advierte su director. La tercera entrega del Circo de los Horrores ya se está preparando, y llevará el título de 'El cabaret maldito'.
Con más de 40 artistas en pista de doce nacionalidades diferentes, quince trailer y veinte técnicos ofrecen una alternativa al circo tradicional que va por otros cauces que del manido Circo del Sol: '¡Quién me diera tener sus recursos! Pero nuestra propuesta es más cálida, más latina y mucho más asequible para el espectador'.
UN PARTICULAR PSIQUIÁTRICO
En la segunda versión del Circo de los Horrores, donde cambian el castillo por la clínica psiquiátrica, reúne monologuistas perturbados, enfermeras bipolares, equilibristas, internas con números de trapecio colgadas por el cabello o músicos que tocan la batería al tiempo que hacen malabares. Todos ellos metido en una carpa blanca con una cruz roja que recuerda a un hospital de campaña, de 15 metros de ancho por 10 de largo. 'No es un espectáculo recomendado para menores de 12 años, pero viene público de todas las edades', advierte su director. La tercera entrega del Circo de los Horrores ya se está preparando, y llevará el título de 'El cabaret maldito'.
