El Concello trabaja para evitar un enfrentamiento entre las familias de Laura Alonso y su agresor

Toén busca la paz tras la tragedia

El Concello de Toén se marcó como principal objetivo recuperar la convivencia familiar tras la muerte de Laura Alonso a manos de un ex novio, un joven del municipio, que permanece en prisión. El alcalde, Amancio Cid, se mostraba ayer orgulloso del compor tamiento de sus vecinos desde que conocieron los hechos pero teme que se produzca un enfrentamiento entre familias. Varios técnicos trabajan en fomentar los lazos de amistad mientras los vecinos prefieren no hablar abiertamente de los hechos.
Tendrán que pasar años para que los vecinos de Toén se recuperen de la muerte de la joven Laura Alonso, de 19 años, a manos de su novio Javier Cruz, de 32 años. Seis días después de la aparición de su cadáver en un paraje próximo al campo de fútbol, los vecinos continúan horrorizados. ‘Pensábamos que estos casos siempre sucedían en otro lugares, lejos de aquí, pero no es así. La tragedia nos tocó de cerca, estamos atravesando unos momentos difíciles que no se van a olvidar’, aseguró el alcalde, Amancio Cid.

El silencio y el miedo se adueñó del municipio, sobre todo en las localidades de Toén, donde residía el presunto agresor, y Xestosa, pueblo de la víctima. Los vecinos son recelosos a hablar abiertamente de lo sucedido pese a que, tanto el crimen como la tormentosa relación que mantenía agresor y víctima es el único tema de conversación. En Toén, no se habla de otra cosa, pero los comentarios son para consumo interno, los vecinos enmudecen ante la presencia de cualquier desconocido. ‘Rogaría a todos, sobre todo a los medios de comunicación, que no hicieran caso de los comentarios de bares’, apuntó el regidor, recalcando el buen comportamiento de los vecinos desde que conocieron los hechos, sobre todo el de las dos familias afectadas.

Según Amancio Cid, hasta el momento no se escuchó reproche alguno sobre la familia del presunto agresor o su padre que es concejal en el Concello y gerente de un taller mecánico. La madre es empleada en una cantera, en la que también trabaja el padre de Laura Alonso. Ambas familias son muy amplias. Tanto el regidor, como los vecinos temen un posible enfrentamiento. ‘Tardaremos mucho tiempo en retomar la convivencia vecinal, pero tenemos que lograrlo. Este es el principal objetivo que tiene el Concello en la actualidad’, comenta Amancio Cid, añadiendo que todo el personal municipal además de varios técnicos de organismos como la Diputación y Subdelegación del Gobierno está trabajando para recuperar la convivencia familiar. De momento, ninguna de las familias tiene previsto mudarse a vivir a otro lugar y el padre del presunto agresor tampoco planteó abandonar la política.

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’No los dejamos nunca solos’


Los padres del presunto agresor y los de la víctima permanecen atrincherados en sus domicilios y de momento declinan hablar de los hechos. ‘Son dos familias rotas a las que debemos apoyar porque lo están pasando muy mal’, aseguró el alcalde, Amancio Cid.

Los padres de Laura Alonso recibían ayer, algo que viene siendo habitual en los últimos días, el apoyo y cariño de vecinos del municipio. ‘En ningún momento los dejamos solos, los obligamos a hablar y espero que se recuperen pronto porque están hundidos’, aseguró el portavoz familiar, Manuel Olleros.

El padre de Javier Cruz tiene buena reputación entre los vecinos, que también le dan ánimos.

Limitados sus movimientos y compañías


Mientras a lo largo del casco urbano de la ciudad se pueden observar carteles con fotos del homicida confeso de Laura Alonso e invitaciones a participar en las concentraciones de protesta por el crimen, en Toén desaparecieron todos esos rastros. Eso sí, los vecinos están al corriente de la estancia de Javier Cruz en la cárcel de Pereiro de Aguiar. Todos ellos conocen que aún no pasó a un módulo ordinario y que permanece en la Unidad de Ingresos.

Los responsables del centro penitenciario acordaron que el interno (preventivo hasta que no sea juzgado) tenga, por el momento, un regimen de vida restringido en la prisión, en el que tendrá limitados no sólo sus movimientos sino también las compañías. No participará ni en actividades grupales ni deportivas. Todo ello para preservar su seguridad en aras a la alarma social que su detención generó en el exterior y para evitar que pueda autolesionarse. No obs tante, no queda descartado que en un futuro sea trasladado de prisión.

Este tipo de situaciones son extraordinarias en la cárcel ourensana y suelen acordarse normalmente cuando el ingreso del inculpado viene precedida de episodios de reacciones sociales exacerbadas.

El próximo domingo, Javier Cruz, quien, según fuentes de la prisión se muestra tranquilo, recibirá la primera visita de sus familiares, la de una prima.






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