La vía férrea entre Ourense y Vigo se construyó en el siglo XIX y desde entonces apenas ha tenido mejoras, salvo cuando se producen contratiempos, lo que lleva a que el viaje en tren entre las dos ciudades esté muy lejos de ser competitivo en tiempo, una hora y media en el mejor de los casos, y más de dos en la mayoría de los servicios. Además el riesgo real de desprendimientos y otros problemas ha llevado a constantes cortes y "parcheos" en el tramo por el Miño. El último, desde hace diez días, cuando se vino abajo un tramo cerca de Arbo (Pontevedra), que ya había sido reparado en diciembre. Se trata de la zona más compleja, donde el tren sólo puede avanzar a un máximo de 75 por hora.
La reparación de la vía férrea obsoleta ha provocado problemas en la conexión entre Vigo y Ourense, añadidos al corte del túnel de la A-52. La operación, iniciada la pasada semana, parece a punto de concluir. Según explicó un portavoz en Galicia de ADIF, el gestor de infraestructuras ferroviarias del Ministerio de Transportes, la reapertura del tren podría producirse incluso este fin de semana si el tiempo acompaña. Según aseguró, ADIF continúa trabajando las 24 horas del día para restablecer la circulación ferroviaria cuanto antes, "si es posible antes de la fecha del día 22".
Las principales dificultades radican en que es una zona de difícil acceso y con muy poco espacio para trabajar con maquinaria pesada. Además, la climatología puntualmente adversa ralentiza los trabajos, aunque el anterior fin de semana fue buena y se ha avanzado bastante.
Respecto al presupuesto de la obra, estos trabajos forman parte de una obra de mejora que se inició en diciembre, con un plazo de ejecución de seis meses, por lo que aún no hay una valoración definitiva.
