Día del Trabajador

Volvieron las movilizaciones por el Primero de Mayo

Para demandar una salida de la crisis "con perspectiva social", Ourense acogió ayer varias concentraciones por el Primero de Mayo, una de ellas convocada por el sindicato CIG y otra conjunta de CC.OO y UGT.

La concentración convocada a las doce y media de la mañana de ayer por los sindicatos CC.OO y UGT en Ourense para conmemorar de nuevo el Día del Trabajador tras un año de parón por el confinamiento no pudo tener un inicio más simbólico. Echó a andar entre el pabellón dos Remedios y los primeros números de rúa do Progreso mientras el Tren das Burgas, que le pisaba los talones, se quedó atorado al término del parque romano. Un servicio público que hasta no hace mucho simbolizaba el esplendor turístico de la ciudad, logrado de la mano del termalismo, y hoy en día, vacío jornada tras jornada, representa tanto la parálisis del sector del ocio como un modelo de ciudad que ya muestra sus debilidades. 

Iniciaron la marcha más de doscientas personas y a lo largo del recorrido se unieron algunas decenas más, a grito de "que viva a loita da clase obreira" o "nativo ou estranxeiro, a mesma clase obreira", para reivindicar la igualdad ahora que la cuestión de la inmigración ha vuelto a los debates políticos. También se anunciaron proclamas por la huelga general ante la posibilidad de recortes, y se escuchó incluso la voz de los barrios: "De barrio obreiro, orgullo proletario". 

Las banderas moradas de CC.OO y las rojas de UGT tomaron las calles y avanzaron por rúa do Paseo hasta la Subdelegación del Gobierno, junto al parque de San Lázaro, donde los manifestantes fueron recibidos por riffs 'hardrockeros'. "Este tema foi composto por un traballador", precisaron los líderes sindicales tras una pancarta con el eslogan común "Agora toca cumprir: un país en débeda coa clase traballadora", mientras sonaba esta primera canción, a la que luego se sucederían, entre otras, el himno gallego. 

Antes de recitar el manifiesto,  UGT y CC.OO precisaron que esta concentración supone un comienzo y no un final: "Isto non acaba así. Este primeiro de maio é o punto de saída". Y se efectuó un minuto de silencio en señal de respeto hacia las víctimas de la pandemia, para entonces comenzar la lectura de un manifiesto con diversas reivindicaciones. Entre ellas, la importancia del servicio público, especialmente durante los momentos más duros de la crisis sanitaria. Además, demandaron una salida de la crisis que tenga en cuenta la "perspectiva social", y recalcaron el deseo de derogar la reforma laboral promulgada por el gobierno de Mariano Rajoy, tan criticada por sindicatos y partidos políticos de izquierda pero que, no obstante, sigue en vigor desde 2013 a pesar del bipartito PSOE-Podemos. 

En cuanto a los asistentes a la concentración, defienden diversas recetas para salir de la crisis. Así, José Luis Álvarez reflexionó durante el camino hacia San Lázaro que "hai menos emprego e o que queda é de peor calidade, con contratos precarios. As grandes empresas empregan o ERE ou as baixas para apartar a persoal veterano da actividade laboral. E a perda de poder adquisitivo implica a imposibilidade de dar resposta ás inclemencias económicas". Y unas filas más adelante marchaba Daniel Rodríguez, preocupado por los más jóvenes: "Ourense non ten nada de industria, é unha cidade de funcionarios. Non ten futuro". 

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