La Xunta pide al Gobierno un pacto con Portugal por la AG-31

Punto en el que se unen la AG-31 y la OU-540.
photo_camera Punto en el que se unen la AG-31 y la OU-540.
Recuerda a la ministra por carta que las vías transfronterizas son competencia de los Estados.

La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade ha enviado una misiva a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en la que solicita “que se impulse un acuerdo internacional entre España y Portugal para avanzar en la autovía Celanova-Frontera portuguesa-Portugal (la continuación de la AG-31)”, una actuación, recuerdan, “recientemente demandada por  el actual delegado del Gobierno en Galicia”, José Miñones.

A principios de abril, Miñones tendió la mano a la Xunta para apoyar y acompañar “en los trámites que sean necesarios” para continuar la autovía AG-31 desde Celanova hasta la frontera portuguesa de A Madalena (Lobios). Si bien subrayó que es el gobierno autonómico quien tiene que asumir la financiación en una vía que es de su “exclusiva competencia”,  con fondos propios o presentando un proyecto “serio y viable” a alguna de las líneas o fondos europeos que se ajusten a esas características. 

Cuestión de competencia

La Xunta destaca ahora que “la ejecución de una infraestructura transfronteriza” es competencia del Estado central, y recuerda que el artículo 4 de la Ley de Carreteras atribuye la gestión de redes supranacionales “al Ministerio de Fomento”. “Confío en tu sensibilidad hacia las cuestiones que trasladamos con el único objetivo de que se potencie la vertebración y el equilibrio territorial de nuestras regiones y se cumpla lo establecido en la legislación estatal en materia de carreteras”, destaca la misiva enviada a Madrid y firmada por la conselleira Ethel Vázquez. 

El Ejecutivo gallego pide también al Gobierno que “remita la información correspondiente a las obras que está promoviendo o tiene previsto promover en Galicia con cargo a los fondos de reconstrucción”. “Compartirás conmigo que una conexión en autovía internacional solamente tiene sentido en el marco de un acuerdo internacional entre España y Portugal, en el que ambos países apuesten por esta conexión transfronteriza”, agrega la carta remitido al Gobierno central.

El mes pasado, Miñones se hizo eco de esta posibilidad, y resaltó que el Gobierno mantiene una relación directa y periódica con su homólogo luso e insistió en que “apoyará siempre cualquier mejora relevante de la interconexión con Galicia, como es este caso, siempre y cuando haya un proyecto serio y viable de la Xunta sobre la mesa”.

 La AG-31 cumplirá en 2023 hasta 10 años desde su apertura en el tramo Ourense-Celanova, y su concreción hasta terreno luso dejaría el polígono de San Cibrao das Viñas a 90 minutos de Oporto (y de su aeropuerto Sá Carneiro) y a 60 de Braga, segunda y tercera ciudades más importantes de Portugal y con tres millones de potenciales visitantes a una hora y media de la oferta turística y termal de Ourense.

 Una oportunidad también para los vecinos portugueses, que ven como esta vía les acercaría al AVE. Esta semana, 50 colectivos entregaban su petición ciudadana a la prolongación de la autovía a la Conselleria de Infraestruturas, un clamor social, político y empresarial. 

INTERMODAL

La Xunta exige al Gobierno “que impulse con determinación la ansiada y esperada ampliación de la estación ferroviaria de Ourense, cuya licitación estaba prevista y anunciada para el año 2021 sin que tengamos información del retraso de esta actuación estratégica para sacarle el máximo provecho a la alta velocidad ”. 

Asimismo, subrayó la necesidad de que “el ministerio modifique los criterios de los fondos Next Generation en materia de Sostenible por lo lesivo que es para el rural”. La consellería recuerda “las peculiaridades geográficas y demográficas” de Galicia, marcada por la dispersión territorial.

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