Se divorcian las lesbianas a las que un juez negó una adopción

La inhabilitación de diez años que el Tribunal Supremo le impuso al juez de Familia Fernando Ferrín Calamita por retrasar la adopción de una niña a una pareja de lesbianas pareció ser hace meses el epílogo de un caso de gran interés mediático. La sorpresa saltaba esta semana cuando se supo que las mujeres que en su momento denunciaron al juez por retrasar la adopción se han divorciado.
El propio juez Calamita confirmó que Susana, la madre biológica de Candela -concebida por inseminación artificial-, presentó la demanda de divorcio contenciosa en el juzgado. Más tarde, su expareja acordó en el juicio un convenio regulador por el que compartirán la custodia de la niña.

En su momento, el juez Ferrín Calamita retrasó la adopción de la niña para encargar un informe pericial y conocer así las repercusiones psicológicas que podía tener el caso para Candela. 'Hay informes de expertos como Enrique Rojas o Aquilino Polaino, que dicen lo que es de sentido común, que un niño tiene derecho a un padre y una madre y que la carencia de uno de los dos es perjudicial para su crecimiento armónico', dice el propio juez.

Ahora, con la confirmación del divorcio, el juez de Familia lamenta que la niña tenga que sufrir una situación que él ya había advertido. Ferrín Calamita, que antes había sido condenado por el Tribunal de Supremo de Murcia a dos años, tres meses y un día por un supuesto retraso malicioso en la aplicación de la ley que permite la adopción a matrimonios del mismo sexo, lamenta ahora que la niña sea el 'conejillo de indias' de toda la historia.

El pasado 8 de febrero, el Gobierno le denegó el indulto que había solicitado para él medio centenar de abogados.

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