Mientras los sindicatos los ven como 'un derecho adquirido', mucha gente los considera un privilegio

Los funcionarios se resisten a perder sus días 'moscosos'

Considerados por unos un 'privilegio' de los funcionarios y por otros un derecho adquirido, los 'moscosos' -seis días libres, añadidos a las vacaciones, que disfrutan los empleados públicos para dedicarlos a asuntos propios- afrontan una reforma de la función pública que podría llevar a su desaparición. Casi treinta años después de que el exministro de la Presidencia Javier Moscoso, en el primer Gobierno de Felipe González, creara los 'moscosos', su mantenimiento entró en el debate político.
Aunque sindicatos y funcionarios insisten en que su creación se debió a la 'pérdida de poder adquisitivo' de este colectivo, el que fuera secretario de Estado de Administraciones Públicas en 1983, Francisco Ramos Fernández-Torrecilla, señaló que fue una medida 'racionalizadora' de la Administración estatal. De hecho, fue Fernández-Torrecilla, ahora consejero de Educación en la Embajada de España en Lisboa, quien firmó la instrucción de 21 de diciembre de 1983 -que dictaba normas sobre jornada y horario de trabajo, licencia y vacaciones del personal- y no Moscoso.

El malestar de los sindicatos ante la posibilidad de que se puedan suprimir esos días libres obligó al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas a emitir hace unos días un comunicado negando que se estuviera estudiando. 'Todavía no existe ningún texto normativo sobre esta reforma -de la función pública-, ni hay ninguna previsión de suspender estos días libres por asuntos particulares', dijo Hacienda.


NO ESTÁ SOBRE LA MESA

Fuentes del departamento que dirige Cristóbal Montoro señalaron que el Gobierno 'no está abordando' la supresión de los 'moscosos' y que el asunto no está sobre la mesa. Ahora bien, el Ministerio sí pretende abordar la reforma básica de la función pública en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) -que reúne al Gobierno con las comunidades autónomas- y en la Comisión Nacional de Administración Local.

Era 1983 cuando Javier Moscoso del Prado, entonces ministro de la Presidencia, creaba los famosos días que, tres décadas después, aún llevan su apellido. 'A lo largo del año -según el texto legal publicado entonces en el BOE-, los funcionarios tendrán derecho a disfrutar hasta seis días de licencia o permiso por asuntos particulares. Tales días no podrán acumularse en ningún caso a las vacaciones anuales retribuidas'. 'Los funcionarios -añadía- podrán distribuir dichos días a su conveniencia, previa autorización, que se comunicará a la unidad de personal y respetando siempre las necesidades del servicio'.

Entonces ni el ministro ni Fernández-Torrecilla podían imaginar que años después el término 'moscoso' sería aceptado por la Real Academia Española (RAE) y, es más, incluido en su diccionario. 'Moscoso' figura en sus páginas como 'día de permiso de libre disposición que tienen pactado ciertos colectivos de trabajadores y funcionarios'. Fernández-Torrecilla explicó que la creación de los 'moscosos' pretendía regular los días libres en la Administración del Estado, y recuerda que después ministros populares y socialistas, como Javier Arenas o Jordi Sevilla, los aumentaron.

Crear esos días, opina, no respondió a la idea de compensar la pérdida de poder adquisitivo de los funcionarios, sino que fue una medida 'racionalizadora' de horarios y jornadas que unificó a ministerios y organismos de la Administración pública.

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