Los italianos demandan una 
ley contra el vandalismo juvenil

Los vecinos de treinta ciudades reclaman regular el consumo de alcohol en las calles del país

Comités vecinales de 30 ciudades italianas se han agrupado para reclamar una ley que limite el consumo de alcohol en la calle y la contaminación acústica nocturna, un fenómeno que en Italia se describe con el término "movida", un concepto similar al conocido en España como "botellón".

El resultado se llama "Coordinación Nacional contra la Movida Salvaje" y tiene también como objetivo combatir la venta ilegal de alcohol, el consumo de drogas en la vía pública, los actos vandálicos o la suciedad derivadas de las salidas nocturnas.En Italia se conoce este fenómeno como "movida", un préstamo del español que, sin embargo, se comenzó a usar en el país transalpino en los años 90 para designar a aquellos ambientes de la vida cultural, artística e intelectual influidos por la corriente de la década anterior en España.

No obstante, el término "movida" se ha reducido con el tiempo a una única acepción de su significado y se utiliza ahora para aludir a ese tipo de fiesta y diversión juvenil basada en el consumo, a menudo incontrolado, de alcohol.La presidenta de la Coordinación Nacional contra la Movida Salvaje, Simonetta Chierici, declaró en este sentido que "las administraciones públicas ganan mucho dinero con el fenómeno movida, ya que los locales pagan tasas a los ayuntamientos por la ocupación del suelo público con las mesas y sillas, por eso no ponen leyes".



Legislación confusa

El artículo 659 del código penal italiano contempla arrestos de hasta tres meses y sanciones que pueden alcanzar los 309 euros a quien cause molestias "en las ocupaciones o descansos de las personas", y entre 103 y 516 euros "a quien ejercite una profesión u oficio contra las disposiciones de las leyes o la autoridad". Una legislación borrosa para Chierici, que señala que "no hay leyes nacionales claras, sino que dan pie a la interpretación del ciudadano".

Además, la presidenta de la asociación amplía que la liberalización total de los horarios comerciales, que entró en vigor en 2012, permite a los locales estar abiertos hasta las 3 de la madrugada.Pero cada ayuntamiento cuenta con sus propias ordenanzas a la hora de regular el horario de venta de alcohol y es la policía local de cada ciudad la encargada de velar por su cumplimiento.

Y hablando de localidades, Roma es, en palabras de la líder de la Coordinación, la capital que más padece las consecuencias negativas de la movida. "Es como una bomba que está por explotar", asegura.

En el caso capitolino, el barrio del Trastevere, junto al río Tíber, es una de las zonas que congrega más jóvenes en las noches más cortas y calurosas del año en torno a decenas de locales de su casco antiguo.

Precisamente, la presidenta de la asociación Vivere Trastevere, Dina Nascetti, calificó este fenómeno de "problema social", asegurando que el consumo de alcohol en el barrio supone el ruido de "coros de estadio hasta las cuatro de la mañana, actos vandálicos y "murallas humanas" que llegan a impedir el paso de las ambulancias o de los propios bomberos".

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