Si bien deberá seguir lloviendo durante muchos días si se quiere decir adiós a la sequía, las precipitaciones que registra este lunes la provincia llaman a la esperanza.
Se hizo de rogar: tras semanas esperando la lluvia, con villas como Ribadavia en situación de sequía extrema, al fin las precipitaciones hacen su parada en la provincia de Ourense.
A lo largo y a ancho del territorio ourensano, comienzan a surgir lluvias intermitentes que, si bien no revierten la situación, aportan más de una gota de esperanza.
Tras un verano de altas temperaturas (de récord tanto en julio como en agosto) supone todo un alivio este lunes más fresco y pasado por agua, con cielos llenos de nubes.