El segundo se inició en 2004 y tiene pendiente de fijar el trazado de estos seis kilómetros de carretera

El enlace de la N-536 con la N-120 sigue sin proyecto 15 años después del primer estudio

Carretera N-536, entre O Barco y Sobradelo.
Los seis kilómetros de carretera que darán salida al tráfico de la pizarra, entre la N-536 y la N-120, carecen de proyecto 15 años después de redactarse el primer estudio. En 2004 se encargó otro, que aún no recibió la aprobación definitiva.
En 1994, con el presidente en funciones de la Xunta Emilio Pérez Touriño al frente, la Dirección General de Infraestructuras elaboró un estudio informativo del enlace entre las carreteras N-536 y N-120. Son menos de siete kilómetros, pese a lo cual, en estos momentos, transcurridos 15 años, la situación apenas varió. La única diferencia es que en septiembre de 2004, la Dirección General de Carreteras aprobó encargar un nuevo estudio, que licitó en junio de 2005.

La importancia de la infraestructura nadie la discute, pues el futuro enlace deberá desviar el tráfico de la N-536, que concentra la práctica totalidad del tránsito de la cuenca pizarrera. A esta circulación hay que sumar las 43 curvas existentes en sus 6,6 kilómetros. Desde 1874, fecha en la que fue inaugurado, su trazado sigue igual y los únicos trabajos realizados únicamente sirvieron para mejorar el firme y sustituir los viejos pretiles por una barrera de hormigón. Esta última mejora fue realizada en octubre de 2008.

Las reivindicaciones del enlace son continuas, tanto de los alcaldes como de colectivos como el “Foro Valdeorras Século XXI”, en el que además de regidores y representantes políticos, participan sindicatos y empresarios.

En enero de 2008, la Subdirección General de Planificación apostaba por el trazado B-4 y un mes después fue sometido a los trámites de información pública. Un año después, en marzo de 2009, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino informó favorablemente la alternativa B-2. Es una variante de la elegida por Fomento que viene a respaldar las tesis del Concello de O Barco y aleja la opción A-1, que es la que reclama la Corporación de Carballeda. La disparidad de criterios enfrenta a la alcaldesa de este último Concello con el regidor barquense.

Mientras los valdeorreses reclaman la construcción de este enlace, las partidas destinadas a su ejecución se pierden una tras otra, y no sólo por el dinero que se tiró con ese primer estudio, elaborado en 1994. En 2006, otro Ejecutivo socialista gastaba el 38,19% de los 137.209 euros presupuestados para ese ejercicio. Un año después, fue el 20,88% de casi 340.000 euros el que “voló” de Valdeorras hacia otras latitudes.

Tres lustros después de que el Gobierno central se preocupara de buscar una salida al tráfico de la cuenca pizarrera, el proyecto aún sigue sin elaborar, un periodo injustificable para una carretera de sólo 6,5 kilómetros.


FICHA TÉCNICA

El segundo y último estudio informativo del enlace fue adjudicado a Norcontrol SL, en 120.701 euros.

El trazado B-4, que defiende la Subdirección General de Planificación, tiene una longitud de 6.520 metros y su presupuesto base de licitación es de 22,9 millones de euros.

Los concellos afectados son Carballeda, Rubiá y O Barco.

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