VALDEORRAS

A Rúa recupera los terrenos del viejo vertedero de inertes

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photo_camera Imagen que ofrece el vertedero de inertes, tras los trabajos de explanación y sellado.

Las montañas de basura que había en As Pedreiras fueron sustituidas por una explanada de tierra

Las montañas de basura acumuladas en el terreno que ocupaba el antiguo vertedero de inertes de A Rúa desaparecieron. Una inversión de 406.684 euros cambió radicalmente la imagen del paraje de As Pedreiras, donde el recinto que ocuparon los desechos ahora está dominado por una amplia extensión de tierra explanada.

La eliminación del antiguo vertedero fue posible con la financiación de la antigua Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, comenzando las gestiones para el sellado el anterior alcalde popular, actualmente portavoz de la oposición: Avelino García Ferradal. A su vez, la finalización de los trabajos coincidió con la presencia de la nacionalista María González Albert en la alcaldía.

La ejecución del proyecto fue posible por la financiación aportada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), encargándose de la ejecución de los trabajos la unión temporal de empresas UTE Vipeca, Obras y Servicios SL- Proyectos y Contratos Covelo SL.

También cambió el cierre del recinto. La vieja malla metálica que lo aislaba, rota en numerosos puntos, dio paso a una escollera de piedra, de aproximadamente dos metros de altura. El cambio modificó totalmente la imagen del lugar. Con el antiguo cierre también desapareció la basura que algunas personas abandonaron en exterior, a un lado de la carretera que conduce a la ecoplanta y la perrera comarcal.

Una cantidad muy importante de los residuos depositados en el antiguo basurero fueron transportados hasta el nuevo vertedero de inertes, que está situado a una distancia de varios cientos de metros y cuya construcción fue acometida hace aproximadamente cinco años. Su apertura llevó aparejada el cierre del basurero clausurado.

Entre los distintos argumentos que el Concello de A Rúa esgrimió al solicitar el sellado del vertedero sobresalió uno, fundamentalmente: el peligro que entrañaba la gran cantidad de material inflamable, amontonado a escasos metros de un monte de pinos. El riesgo de que un incendio forestal pudiese prender en los desechos y el temor a la humareda que provocaría fueron factores decisivos a la hora de proceder al sellado.

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