Cartas al director

Buenos días en Salesianos

Amigos y amigas:

Estos días en el Colegio Salesianos recuerdan que la noche del 31 de marzo “lucharon vida y muerte/ en singular batalla,/ y, muerto el que es la Vida,/ triunfante se levanta”. Y exclaman: “Rey vencedor, apiádate/ de la pobreza humana/ y da a tus fieles parte/ en tu victoria santa”. 

Los profesores y los alumnos aplauden cada mañana esta realidad. Y los profesores y las profesoras siguen verbalizando con los alumnos y las alumnas cada mañana que el amor siempre triunfa, que es una dicha vivir como personas resucitadas; siguen verbalizando que, aunque haya momentos tristes, la vida merece la pena. Por eso, cada uno cada mañana es invitado quererse y cuidarse, no solo el Día Mundial de la Salud; por eso, cada uno cada mañana es invitado a ver a los demás como a hermanos o hermanas, no como a rivales; por eso, cada uno cada mañana es invitado a descubrir las cosas como una ayuda para crecer, no como algo para consumir; por eso, cada uno cada mañana es invitado a practicar el servicio, no su interés, como actitud principal; por eso cada uno cada mañana es invitado a descubrir a Dios como Padre que nos ama profundamente, no como un severo juez. Y cada uno va desgranando sucesivamente, cada mañana, estas espigas, en los “buenos días” de cada jornada.

Todos y todas están de acuerdo con el periodista guatemalteco que, amenazado de muerte, dijo: “Ni yo ni nadie estamos amenazados de muerte, todos estamos amenazados de vida, amenazados de esperanza, amenazados de amor”. Los cristianos no estamos amenazados de muerte. Estamos amenazados de resurrección, porque, además del Camino y la Verdad, Cristo es la Vida. 

Amigas y amigos, así se dan los “Buenos días” en Salesianos cada mañana durante la primera mitad de abril. Así viven como personas amenazadas de resurrección cada día. La segunda mitad del mes, con motivo de la Semana del Libro, se zambullirán en ideas escritas por otros en libros para todos, porque todos quieren ser “Tragalibros” bien alimentados. También nosotros tragamos libros, amenazados de vida, cada día.