Los arquitectos ven ejemplar el plan peatonal de Celanova

Los peatones en la cúspide de la pirámide de la movilidad urbana, y las ciudades, para disfrutar; es el mensaje que lanzaron este miércoles los arquitectos ourensanos en la conmemoración del Día Internacional de la Arquitectura. La delegación del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia escogió la villa de San Rosendo como sede de este acto anual para reconocer y agradecer el paso dado con la peatonalización. “Estamos en un punto de no retorno. El modelo de ciudad tiene que cambiar. El patrimonio construído es difícil de mover, pero es necesario adaptar la trama urbana a las necesidades actuales, a la movilidad personal”, dijo el presidente Rafael Castro, quien apuntó que “el de Celanova es un pequeño gesto que, sumado a otras medidas, debe servir de ejemplo para otras villas y también para la capital. Se han dado pasos, pero nos estamos quedando muy por detrás de ciudades como Vigo, A Coruña o Lugo, por no hablar de Pontevedra”.

Sensaciones positivas

Ochenta días después de limitar la circulación de vehículos en el casco histórico, el alcalde Antonio Puga (Celanova Decide) agradeció la presencia de la delegación ourensana y trasladó que “as sensacións que temos son positivas, o tráfico funciona con fluidez, a xente ten máis espazo para ver, pasear, mercar,... para todo. A maior parte do comercio mostrase satisfeito e, salvo casos puntuais, ninguén nos trasladou nada negativo ou en contra. Falan do inverno, imos ver”, dijo para matizar que se trata de una medida de futuro para Celanova y que están trabajando en la recuperación de más espacios públicos que mejoren la calidad de vida de los vecinos y que pongan en valor toda la villa.

Un sencillo acto celebrado en la Praza Maior de Celanova sirvió para refrendar el potencial de un municipio que es un referente cultural y patrimonial, y también para lanzar un mensaje a los críticos sobre los beneficios no solo turísticos, sino económicos y de calidad de vida de una medida que, según apuntan desde el Consistorio, requiere de un tiempo de adaptación.

No obstante, incidían los presentes en que este primer paso tiene que completarse con otras herramientas como una planificación urbana, actos de dinamización social y económica y de transformación de lugares públicos de calidad. “La peatonalización no es una moda”, dijo la tesorera Marta Feijóo, quien comentó que la pandemia ha supuesto un punto de inflexión de cómo vivimos y cómo habitamos el espacio público.

Un modelo generalizado en la provincia

El cierre al tráfico del centro histórico celanovés el pasado verano se sumaba a la medida que, desde hace años, se aplica en otras villas de la provincia como Allariz, O Barco de Valdeorras, Carballiño, Ribadavia, A Rúa o Verín, con calles o cascos históricos peatonalizados o con circulación limitada a residentes. En Xinzo de Limia, donde ya hay una semipeatonalización en varios puntos, está encima de la mesa el estudio de una peatonalización al cien por cien del casco histórico, si no es en su totalidad, sí en parte y como una experiencia piloto con un par de calles. Siempre tratando de minimizar las dificultades en este sentido para los residentes en la zona, apuntó el concejal de Obras y Urbanismo, Ramón Gómez. Desde la delegación ourensana, Rafael Castro dijo que “los gobernantes tienen que ser valientes y apostar por un modelo de futuro. Son medidas complicadas, antipopulares. Pero la realidad es que, pasado el tiempo, redunda en una mejor manera de vivir”. En este punto, hizo una referencia a la ciudad de Ourense donde “los pasos dados son mínimos” en este punto, lamentando que dos años después, “no se ha hecho nada del plan de movilidad” y, con respecto a la calle Marcelo Macías, “tras un año en obras, está igual que hace 40 años”.