Desaconsejaba el Gobierno, cuando presentó los presupuestos, entrar en comparaciones territoriales porque sólo una ínfima parte del dinero figura segmentada por provincias y, por tanto, cualquier cálculo sería falaz. A los políticos las comparaciones, sobre todos las presupuestarias, les resultan odiosas, salvo cuando las han cocinado previamente.
No vamos a seguir el consejo del Gobierno. Vamos a hacer un ejercicio de comparación. Simple. De cada cien euros de inversión estatal en Galicia, Ourense recibirá 45. Fabulosa proporción, si no escondiese un importante matiz: 41,85 de esos 45 euros están destinados a la construcción de la línea de la alta velocidad, una inversión cuyos destinatarios son todos los gallegos por igual, por más que por casualidades geográficas el grueso del gasto quede presupuestariamente asignado a esta provincia.
En realidad, para proyectos, por decirlo de algún modo, exclusivamente ourensanos, quedan 3,15 euros de cada cien. Dada la importancia que se le presume al AVE para el futuro (también de Ourense) interprétese esta comparación no como una queja pero sí como un matiz. Importante.
