Opinión

LA MARATÓN DE BOSTON Y EL TERRORISMO

Desde siempre se ha relacionado la maratón con el deporte, desde la misma Grecia, donde, según la mitología, tuvo su origen, cuando uno de los soldados combatientes llamado Filípides corrió la distancia entre las ciudades de Maratón y Atenas para anunciar que habían ganado la batalla a los Persas, y fue tal el esfuerzo del corredor que perdió su vida. La singularidad de este hecho de la antigua Grecia está no en la batalla, ni en la victoria obtenida, sino en el esfuerzo del corredor, que es el que ha pasado a la historia, él y la distancia que fue capaz de correr.


Hoy en día la maratón es una prueba olímpica y, además, un deporte popular que practica muchísima gente. Solo hay que pensar en la San Martiño de Ourense. Conozco a unas cuantas personas que se dedican a esto de correr, algunas a participar en maratones por el mundo adelante, y se de su capacidad de esfuerzo y de su buen talante. Siempre que hablas con ellas de estas carreras surge en su cara una sonrisa de satisfacción por el esfuerzo realizado, el desafío alcanzado, la meta conseguida y todo a cambio de nada, es el deporte por el deporte, la capacidad de batallar contra uno mismo y de no rendirse. Y de estas personas que conozco unas tienen su ideología y otras la contraria, no la enemiga. El esfuerzo de un corredor de maratón nunca es en balde, porque no solo llega a la meta, sino que además en la carrera se relaciona con otras personas muy distintas con las que se puede convivir sin necesidad de matarse.


En Boston se celebraba una maratón en la que participaban personas de muchos países, distintas razas, sexo, ideología, con diferencias sociales, culturales y religiosas, y sin que a nadie se le vetara por estas circunstancias o condiciones. Lo mismo que en Boston ocurre en otras ciudades de todo el mundo. Y sin embargo, alguno o algunos, en un atentado evidentemente planeado y organizado, cometen un crimen indiscriminado que, al menos, ya le ha costado la vida a tres personas y ha causado 176 heridos, 17 de ellos críticos, cuando escribo estas líneas.


Estamos una vez más ante el terrorismo puro y duro que atenta contra todo el que se le ponga por delante. El terrorismo es injustificable. Los que han planeado y realizado esta barbaridad de Boston no han conseguido sus propósitos, aunque eso sí, han segado la vida de algunas personas y arruinado la de muchas.


Ahora que en España se legalizó el brazo político de los terroristas, no está demás recordar que lo que ha ocurrido en Boston y en tantos otros lugares del mundo, también ocurrió aquí durante muchos años y que los que antes lo hicieron y los que ahora lo justifican no son, ni mucho menos, mejores que los demás y no digamos que las víctimas, que son las que merecen el reconocimiento permanente de la sociedad. No confundirse es fundamental para acabar con el terrorismo y para que la justicia permanezca. La maratón representa el esfuerzo, la capacidad de relación y la solidaridad humana, mientras que el terrorismo es todo lo contrario.

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