Opinión

LA COARTADA PERFECTA

La crisis y sus vacas flacas se han convertido en la coartada perfecta. Es la excusa que todo político necesita para escaquearse de sus compromisos. Cuando les sobraba el dinero, les faltaba tiempo para malgastarlo a diestro y siniestro. Nadie protestaba porque quien más quien menos se consolaba comprando una tele de plasma en comodísimos plazos. Eso era la felicidad. Ahora que falta el parné, a los que gobiernan les sobran justificaciones para la inoperancia y la parálisis de ideas hasta que vengan, si vienen, tiempos mejores. Nadie se queja porque quien más quien menos tiene ya bastante con preocuparse por tener una nómina que cobrar a final de mes y cuatro cositas, de marcas blancas por supuesto, en la nevera. Eso es ahora la felicidad. Y emparedados entre los de antes y los de ahora, va tirando este Ourense siempre maltratado, con sus goteras en la Catedral, con su Praza de Abastos esperando una reforma que nunca llega y con tantas otras cosas que no cabrían en un artículo de opinión por largo que fuese.

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