Opinión

Culpabilidad compartida

Una muerte anunciada, pero igualmente dolorosa. El CDO vaga sin rumbo hacia la desaparición y este desenlace tiene nombres y apellidos y por desgracia no se salva nadie. Los gestores, los principales, por supuesto, pero los demás han/hemos sido invitados de lujo en el desarraigo de una entidad que desde la antesala del proceso concursal ha ido asfaltando el adiós casi definitivo que está a punto de dar. Los medios de comunicación siendo demasiado benevolentes con una situación que caminaba hacia el dramatismo; futbolistas, cuerpo técnico y trabajadores porque aún teniendo la razón absoluta en el conflicto se equivocaron en el tiempo y las formas; las instituciones no mostrando con claridad sus verdaderas pretensiones; y la masa social por reaccionar demasiado tarde en una situación sin retorno. Que cada palo aguante su vela.

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