Opinión

ESCALDADOS

Ourense, ciudad de paso y acogedora donde las haya, acostumbra a recibir con los brazos y la despensa abierta a todo aquel que se detenga aunque sólo sea para escaldar una mano con el chorro de As Burgas. Si además es portador de buenas noticias, ya está montada la fiesta. Cuando esas noticias llegan de la mano de un político, en lugar de música de verbena suena un redoble de incredulidad. Así fue el soniquete que se oyó en forma de rumor el martes, tras la presentación del plan 'Provincia termal', con un plazo de desarrollo de seis años. Se percibían el deseo colectivo de estar ante un momento iniciático del termalismo ourensano. Pero siempre hay uno que lo estropea todo y ese uno fue un tipo canoso que dijo: 'Oye, y ¿qué fue de aquel otro plan termal que presentó hace siete años en esta ciudad?' Hubo un silencio. Y después otro que replicó: 'Bueno, tío. Malo será, ¿no?'.

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