Opinión

Parado pero inquieto

Ourense tiene menos trabajadores que hace un año, aunque en el mismo periodo ha descendido el paro. No son datos en contradicción sino dos indicadores de la misma realidad. Son el reflejo de una alarmante evolución sociolaboral y demográfica. Esta provincia envejece, se jubila. Sus jóvenes emigran porque aquí escasea el empleo. La población disminuye. El mercado y el futuro es cada vez menor para las empresas. Mengua su capacidad de generar empleo. En resumen, con menos población activa, es posible que haya menos empleo y al mismo tiempo menos paro. Así evoluciona Ourense. Esa es la mala noticia. La buena, tiene nombres propios. José Manuel, Cristina, Nuria... Son parados que se niegan a quedarse parados. No encuentran empleo y han decidido inventárselo. Es lo que le queda a esta provincia: en vista del futuro que le espera, no hay más remedio que inventarse otro.

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