Opinión

Un plan para el termalismo

Desde que los romanos lo pusieran de moda in ille tempore, el termalismo ha pasado en Ourense sus altibajos. Para ser fieles a la historia contemporánea, habría que decir que ha pasado muchos años de ostracismo, algunos de esplenderor, más ostracismo y algunos saltos cualitativos, fundamentalmente gracias a la irrupción en el sector de la Fundación San Rosendo y su Caldaria. Eso y algún que otro proyecto de distinta filosofía y magnitud, como las termas instaladas al borde del Miño, muy resultones promocionalmente pero de alcance muy limitado en la explotación de unos recursos naturales de gran potencial económico. Lo cierto es que han pasado siglos y esta provincia todavía no ha diseñado un plan de desarrollo del termalismo que sitúe a Ourense como destino termal. Ayer, Xunta y Diputación se comprometieron a hacerlo realidad. Es vital que cobre forma de una vez.

Te puede interesar