La provincia se desplaza hacia una decena de municipios. Queda patente la incapacidad de las administraciones central y autonómica de aplicar las estrategias y las inversiones acertadas para equilibrar territorios y convertir el medio rural en un lugar habitable, sin los lujos que se le permiten a las ciudades pero sí con los servicios que requieren las sociedades modernas. El hecho de que el área metropolitana de Ourense sea la única comarca de la provincia que ha aumentado población en la última década es fruto de esa inoperancia política. Pero lo peor del caso es que esas mismas administraciones tampoco han sabido ofrecer a los habitantes de estas zonas emergentes unas prestaciones acordes con sus necesidades. Sobra un ejemplo: la ciudad y sus cinco municipios limítrofes crecen, se interrelacionan cada vez más pero carecen todavía hoy de un transporte interurbano. Está todo dicho.
