la crisis económica está vapuleando a todas las empresas y pone a muchas de ellas contra las cuerdas. Algunas consiguen capear el temporal pero la lucha por sobrevivir se cobra víctimas cada día. Si a las dificultades derivadas del contexto económico se suma la competencia desleal y el intrusismo, la situación se vuelve desesperada. Esto es lo que transmite un sector con tanto prestigio en nuestra provincia como son las academias de formación. Denuncian la proliferación de espacios, en viviendas particulares, locales comerciales, entreplantas e incluso en salones alquilados en hoteles, en los que algunos avispados se aprovechan de las sombras que proyectan a veces los controles administrativos. Reclutan alumnos y hacen negocio de forma clandestina, eludiendo cualquier tipo de tasa, cotización u obligación y comprometiendo seriamente la supervivencia de los centros de formación legales y sus puestos de trabajo.
