La mala noticia es ese anteproyecto de ley del Gobierno central que amenaza con suprimir los partidos judiciales y achicar todavía más los derechos de los ciudadanos de esta provincia a ser iguales a los demás, en este caso, a la hora de acceder a la Administración de justicia. La buena noticia es esa unanimidad política y social en el rechazo a una propuesta independientemente de cuál sea al partido en el poder que la promueva. Ourense sólo es fuerte en la defensa de sus intereses cuando éstos prevalecen sobre las estrategias partidistas y electorales de sus representantes públicos. Por eso con demasiada frecuencia esta provincia se muestra tan débil frente a quienes desde Madrid o Santiago toman decisiones claramente perjudiciales para la Galicia históricamente olvidada. Porque adolecemos de una falta de unidad de acción política capaz de reivindicar Ourense por encima de todo.
