Opinión

Sánchez, alias “el cohete económico”

Si les decimos -como nos dice a todos y todas Pedro Sánchez- a los autónomos, microempresas, pymes y asalariados en general que nuestra economía -la suya, estimado lector- va como un cohete, pues bueno… nos arriesgamos a que nos respondan con una burrada, sin más. La clase media española ya hace años que las pasa canutas para llegar a fin de mes y, de “clase media”, ya nada de nada. Hoy estaría en el rango de clase media-baja y aguantando el tirón como buenamente se pueda. Y vamos con los datos para que nos quede cristalino cómo está la economía real, y no la siempre maquillada y manoseada macroeconomía de la que tanto les gusta hablar a nuestros políticos aunque no tengan ni idea del asunto. 

Comienzo con los datos de la Comisión Europea, que nos dicen a las claras que España es “líder” en la UE en tasa de paro (11,7% y con la mayor tasa del juvenil, con un 27,2%). Y que somos el país más endeudado, con una deuda pública a cierre de marzo hasta 1.613.063 millones, nuevo máximo histórico (109% del PIB). Y eso que, el malo, malísimo, Banco de España nos dice a las claras que la deuda pública de todos los españoles y españolas es inasumible, con una tasa de crecimiento del 5,4% en términos interanuales. Y en este punto pregunto: ¿cómo han llegado las variopintas administraciones a este nivel de endeudamiento público que amenaza la viabilidad de nuestro sistema presupuestario a medio plazo según las últimas y constantes advertencias fiscales de la UE? 

Además, somos también un país con más inflación, por encima de la media de la eurozona, y con una renta per cápita estancada. Y con una productividad que, según Cepyme, cayó un 3,8% en los últimos cinco años, frente al aumento del 4,6 de la del conjunto de la OCDE en el mismo periodo. 

Es decir, vamos como un cohete directo a pegarnos un buen piñazo. Pero sigamos... Con una lectura superficial del reciente informe financiero sobre las familias españolas, elaborado por el Banco de España, nos debería quedar nítida la preocupante precariedad económica de nuestros jóvenes. Y si analizamos la accesibilidad de los mismos a una vivienda en propiedad, la realidad es demoledora, sólo un 30% de nuestros jóvenes tiene capacidad económica para tener una vivienda en propiedad. Y es que, en solo tres años, su capacidad de renta ha disminuido más de un 8%. Y si nos vamos a la capacidad de renta de los empresarios autónomos, comprobamos que esta ha disminuido una barbaridad. Y es que la continuidad en la tendencia decreciente que desde 2005 registra el valor mediano de la riqueza neta en aquellos hogares cuyo cabeza de familia era un empresario por cuenta propia, ha pasado a una reducción acumulada de casi el 50%, un dato brutal. 

Miren, de nuestros gobernantes, sean del color político que sean, esperamos rigor, credibilidad, empatía y solvencia en la gestión de nuestros recursos públicos. Y ya estamos demasiado hastiados de comportamientos y actitudes burlescas y bravuconadas más propias de barra de bar cutre que de una responsabilidad institucional que, nos guste o no, nos debe representar a todos y todas. En fin, esto es lo que hay y sigue habiendo, con la peor clase política de nuestro periplo democrático. 

Te puede interesar