Son muchos los comentarios sobre la transmutación del COB en esta segunda fase de la Liga. Más concretamente desde la llegada de Felix Alonso a la dirección técnica quien, cuando acongojado, alguno podía pensar “ya estamos otra vez”, nunca dejó que el vértigo pudiera con el orden. Confiar en el compañero.
Estimación, que, ya en la calma, tras el decisivo triunfo del COB ante el Iraurgi, que junto con el conseguido ante Alicante, viene a compensar el porrazo ante Oviedo y me lleva a rescatar, por su analogía, algun consejo que el productor Rick Rubin refleja en su libro The Creative Act: A Way of Being (El acto creativo: Una manera de ser). “Atrévete -dice Rubin-. Haz repeticiones y construye un modelo físico, que no solo este en tu mente... si pierdes interés prueba por otro camino y cuando estés convencido ¡muéstralo!”.
Y es que el conjunto ourensano, tras un mal comienzo, planificó, proyectó, otro camino, hasta lograr llevar a la práctica el guión correcto, lo reiterado en cada entrenamiento. Llegaron los resultados y con ellos nuevos ánimos.
Es la salvación momento indicado para las reivindicaciones, pero también un escenario peligroso. En su tasación mis “dieces” para Kurt Kuarth, Fahrudin Manjgafic y el meritorio Ferrán Ventura. Ya decrescendo estarían Williams, su orgullo brooklyniano y concepto más underground del juego, aunque fuera al final, prevaleció sobre la reprobación técnica inicial. Gjuroski, Pilepic o Nogués, Paciukevicius, cual guadianas en su apariciones... y así hasta el futurible y cumplidor Cera.
Aunque, por otra parte nada es perfecto, queda mucho por mejorar, pero, por momentos como este se recupera la ilusión y el ánimo. Este último es el COB que queremos ver, pero de esos otros momentos, no tan buenos, también hay que aprender. La historia y la ilusión vuelven a renacer, pero ¿habrá continuidad? Y no nos referimos precisamente a los dos partidos aún por disputar.
