La mañana del lunes 11 estaba triste, y más triste estaba un amigo del alma con quien me he encontrado. Se hallaba cercano al estado de boludez. Y, más boludo me pareció cuando me contó la historia de su desesperada y cómica agonía emocional. De un tiempo a esta parte vive en estado de 'metejón', que en lunfardo argentino viene a ser: amor apasionado y obsesivo. Él asegura que se trata de una amistad especial y yo no me lo creo.
Resulta que hoy a su 'jai amada' la acechaban complicaciones varias y él andaba preocupadísimo desde hace unos días. Cuando me ha visto me ha dicho: 'No sé nada, no hay derecho, no se ha dignado ponerme un mensaje, sabe que me preocupan sus cosas más que las mías'. Yo le miraba compasivamente ante su estado de pre-infarto sentimental cuando me terminó de sorprender con una frase dramáticamente pronunciada: 'Además, hace dos días me ha dicho que para ella soy un amigo valioso, algo así como un ?technological rate-, o un ratio, o una parte de la pirámide de Dupont.
Le he interrumpido enérgico: ¡Tu eres imbécil chico! Al llamarte 'amigo valioso' te ha definido como: amigo de grandes cualidades morales o intelectuales. Al escucharme ha abierto la boca y como niño bobalicón ha susurrado: 'tú crees'.
Se ha ido más contento que nadie pensando como arregla su historia de amor, de hipotecas, pleitos y no sé cuantas cosas más. Y una dramática historia de 'amigos valiosos', compañeros con un duro 'marrón' común, es la de los 33 mineros chilenos que llevan 70 días atrapados a 700 metros de profundidad en la mina San José. La salida es inminente; la jaula preparada para ascender de uno en uno a los atrapados tiene dimensiones muy reducidas, un ancho menor de 60 centímetros. No sé si ustedes han bajado a una profundidad semejante. Yo lo hice en una mina asturiana en el ascensor principal, creo que único, sin techo y al descender vas viendo como el hueco por el que bajas, el pozo, se va haciendo cada vez más estrecho y cuando llegas a los quinientos metros la luz de la libertad, la luz de la superficie parece la cabeza de un alfiler.
La historia de la salida de los mineros chilenos es argumento para una película. Aseguraron hace tiempo formar una sociedad para compartir los beneficios que obtuvieran con este hito histórico. Sin embargo, ya hay muchos que quieren ser los últimos en salir para ser el ser humano que más tiempo ha estado bajo la superficie de La Tierra. Me cuesta soportar la idea de estar enjaulado durante todo el tiempo de la ascensión en un ataúd vertical. ¿Cómo fijarán el orden de salida? Si ser el primero, expuesto a un enganchón de la jaula en la mitad del trayecto, es arriesgado quedarse el último, solo en la profundidad resulta acojonante.
Que Dios reparta suerte que mi amigo y su chica se aclaren y que ustedes lo pasen bien.
