Opinión

Garzón: adulterio y cachondeo

No me refiero a ninguna alteración en la vida conyugal del prestigioso juez Garzón, ¡líbreme Dios de nada parecido! Sí encuentro una similitud en lo que expresa en su último auto del día de ayer el ponderado magistrado. Al escrito del PP solicitando personarse en el proceso iniciado por el señor Garzón, en calidad de acusación particular, manifiesta don Baltasar: ‘La primera condición o requisito que exige la Ley, para personarse en el ejercicio de la acusación particular, es la de ser perjudicado u ofendido por el delito...’.


Continúa don Baltasar: ‘Ningún perjuicio existe’. ¡Atención, en la frase siguiente viene el cachondeo!, ‘al menos jurídicamente hablando, único ámbito al que se refiere esta resolución, para el Partido Popular, sino en su caso, para las administraciones o instituciones a las que pertenezcan las personas afectadas, alguna de ellas ya imputada’.


Don Baltasar está en su derecho y obligación de colaborar en el prestigio de las administraciones e instituciones, totalmente de acuerdo, pero dichos entes son regidos, conducidos, representados y administrados por personas físicas que pertenecen a una organización democrática que se denomina partido político y que han sido elegidos por el pueblo. Un proceso ‘casualmente’ iniciado en las fechas próximas a unas elecciones sí puede perjudicar, y mucho, a la organización política con la que se relacione a las personas en cuya conducta crea encontrar indicios de delito. Para ejercitar la Justicia no se puede ser partidista, y usted señor Garzón se identificó hace unos años de manera indiscutible figurando en la lista del PSOE por Madrid detrás de Felipe González.


La independencia se gana con la conducta, e iniciar una acción como la por usted emprendida en las fechas en que su señoría ha elegido hacerlo merecen un calificativo nada agradable. Por otra parte, señor Garzón, creo que producen un perjuicio más grande a las instituciones, concretamente a la que su señoría pertenece, su conducta del pasado fin de semana.


Y no sólo me refiero a la cacería a la que asistió con quien asistió, me parece una conducta, al menos cruel, detener durante un fin de semana, mientras usted se divierte tiroteando bichitos, a una señora a quien pone seguidamente en libertad sin cargos.


Tengo la impresión que esos ‘tiros’ le van a salir por la culata a usted y a los que se relamen de gusto en los mítines. Por cierto ¿ha leído su señoría lo que de su reunión con el ministro de Justicia ha dicho un honrado socialista y ex ministro con Felipe González, Jerónimo Saavedra? Con el máximo respeto institucional reciba, en lo personal, la más justa consideración que su señoría me merece.



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