Opinión

Más sangre en Palestina

De los diversos focos de tensión que asolan nuestro momento histórico, tal vez, el más peligroso es el enfrentamiento entre un amplio sector palestino y los israelíes. El mismo día en que fue declarado independiente de Gran Bretaña el territorio que conforma el Estado de Israel, fuerzas de diversos países musulmanes atacaron al ansiado y recién nacido país. Sucesivamente se han repetido las agresiones a la nueva nación y las salvajes e ineficaces respuestas del joven Estado de Israel.


Los judíos fueron expulsados de sus territorios por los romanos, tras la revolución de los celotes en el Siglo I (d.c). Para el nacimiento de Mahoma y la creación de su nueva religión tuvieron que pasar más de quinientos años. Ya en pleno siglo XIX y tras los sangrientos pogromos ocurridos en Rusia, Biniamin Zeev (Teodoro, en castellano) Hertzel con la publicación de su libro ‘El Estado judío’ puso en marcha, en el Congreso Sionista de Basilea, lo que llegó a ser un movimiento imparable e ilusionante para los judíos, la vuelta a Sión.


Desde la aparición de Israel la tensión en la zona se ha mantenido con altibajos. Últimamente parecía que el camino del fin podía vislumbrarse. Los palestinos, divididos en radicales y moderados y por acción de los primeros, el grupo Hamás, comenzó a lanzar cohetes sobre territorio de Israel. El Gobierno anunció que reaccionaría ante estas agresiones. Muchos cruzamos los dedos temiéndonos lo peor y lo peor llegó. Bueno, lo peor-peor todavía no ha llegado. Entre unos y otros están preparando un test de bienvenida a mister Obama.


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