Opinión

Aguas turbias

Tentación, ¿quién no ha sido tentado? Las aguas corren turbias porque el manantial está cerca de la cloaca que corrompe su esencia cristalina, contaminando todo lo que encuentra a lo largo de su recorrido. Quien beba de esa agua quedará estigmatizado y sus heces abonarán el campo de la maldad. El arroyo putrefacto se ha convertido en río en el que justos y pecadores, al probar su sabor, sucumben a la tentación y caen en la indecencia. La sed de riquezas obnubila sus espíritus y compra sus voluntades; ¡dignidad!, ¿cuál es el precio? Baal ha vencido, excrementos de oro se extienden por calles, plazas, caminos, palacios y el aire se impregna del olor hediondo de tanta putrefacción. ¿Quién lavará tanta inmundicia? El estado ha sido traicionado por aquellos que debían servirle; las treinta monedas han multiplicado su valor en una oferta sin fin. Perjuros, mentirosos, ladrones, ambiciosos y miserables, ¿en tan baja estima tenéis vuestra conciencia?. 

La inmoralidad del sistema ha amparado la conducta delictiva de aquellos que han sucumbido al olor del dinero. Y usted, ciudadano anónimo, ¿no había observado el enriquecimiento desmesurado de aquel político, sindicalista, empresario, técnico o profesional liberal, sin una legítima razón? El mal se ha extendido, creían en la impunidad de sus actos. ¿Se acuerdan del caso Naseiro y la financiación irregular del PP y el archivo de las diligencias por irregularidades en la instrucción del sumario? Qué decir de la contundente frase de Vicente Sanz, expresidente de la Diputación de Valencia: “Estoy en la política para forrarme”, sin mayores consecuencias para quien las dijo.

La regeneración ética se hace imprescindible; la contundencia en la sanción, dura e inmediata; la reprobación social, necesaria. El corrupto debe de ser inhabilitado para ocupar cargos públicos mientras no restituya el daño causado. Las organizaciones políticas, sindicales o empresariales deben suspenderlos de militancia por un período indefinido. La fruta podrida no debe transmitir su podredumbre. El sistema democrático necesita medidas urgentes para recuperar su credibilidad, gravemente dañada por la mentira y la rapiña de unos pocos. ¿Cómo es posible que Ana Mato no haya sido cesada por su supuesta (cuando menos) participación pasiva en el caso Gurtel, además de su nefasta gestión en el caso del ébola? ¿Cómo se puede entender que siga representando al pueblo la alcaldesa de Alicante, sin que su organización la cese como militante? ¿Por qué Matas está en la calle? ¿Por qué no se resuelven más ágilmente los procesos abiertos por los casos Gurtel, ERE, Noos… que han dañado gravemente la esencia de la democracia? Preguntas y más preguntas con la misma respuesta: una justicia lenta (no por responsabilidad de los jueces) al servicio de los poderosos y dura con los menesterosos.

La sociedad necesita un gran pacto contra la corrupción, suscrito por todas las fuerzas políticas, una vez que estas hayan saneado sus organizaciones de corruptos y colaboradores necesarios. No puede haber la más pequeña duda en el comportamiento de la clase dirigente en cuanto a su compromiso ético. 

Listas abiertas. Cumplimiento obligatorio de los compromisos electorales. Revocación del representante elegido por los electores de su distrito cuando este incumpla sus deberes. Financiación transparente de toda organización política, sindical o empresarial, controlada por entidades fiscalizadoras. Limitación de mandatos (límite máximo de permanencia en cargos de representación política a 8 años consecutivos o 12 alternos). Obligatoriedad de vida laboral o empresarial (mínimo tres años) para ostentar cargos públicos…

Como es el gobernante, así son sus ministros./ Como el que rige la ciudad, así son sus habitantes./ Rey sin instrucción, ruina de su pueblo./ Todo está escrito, aunque muchos lo olviden.

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