Opinión

El renacido


Dos largos meses han transcurrido desde que el Viejo Milenario descargaba su pensamiento compartiendo con sus lectores las reflexiones que afloraban en su cerebro. Él pensó que ya no volvería a escribir, pero Leonardo di Caprio le convenció: mientras hay vida, hay esperanza. Muchos de sus lectores se lo han pedido y a ellos se debe. 

Año 1957: “Mamá, mamá… tengo fiebre. ¿Puedo entrar en la habitación de mi hermano?”. Enfermedad y desolación. Una terrible pandemia asolaba el mundo: más de dos millones de muertos, los sistemas sanitarios colapsados, la medicina derrotada. La llamada gripe asiática extendía su fétido aliento sobre una humanidad acobardada, incapaz de enfrentarse a una plaga de origen desconocido. La fiebre del entonces joven milenario sobrepasó los límites tolerables, el espíritu abandonó el sudoroso cuerpo y, como ave de nítidas alas, sobrevoló el lecho del enfermo iluminando el dormitorio con luz deslumbrante. Fue una dura batalla entre la vida y la muerte, y viéndose derrotado, del muchacho brotó una súplica: “Perdóname y permíteme vivir…”, y su ruego fue escuchado.

Año 2022: Una terrible caída golpea el maltrecho cuerpo del Viejo Milenario… dolor, intenso sufrimiento que paraliza cualquier movimiento. El oso da fuertes zarpazos que arrancan girones de ensangrentada carne, la angustia es infinita, el miedo obnubila el pensamiento, pero si Hugh Glass lo ha conseguido, el anciano no va a ser menos. La muerte es una opción a considerar, los gritos espeluznantes del encadenado compañero de celda ahogan cualquier intento de huir; como había experimentado en su lejana infancia, las noches de terror son superadas gracias a las abnegadas protectoras que acuden solícitas a la llamada de sus pacientes y solo su energía mantiene la estructura en pie. 

Año …8: Funciones biométricas continuas, discretización temporal. El poder del número condiciona el registro algorítmico de la vida del Viejo Milenario. Afirmaba Copérnico: “Las verdades matemáticas solo los matemáticos pueden juzgarlas. Yo desprecio el fallo de los mateólogos ignorantes”. Epifanías, dudas existenciales, amistades esperando en el pasillo de la nada donde la oscuridad engulle a la Totalidad. El ocho, siempre el ocho; padre, madre, hijo sacrificados en el altar del número ocho, que simboliza el equilibrio cósmico, su poder es inmenso ya que controla la justicia y es referente de centralidad. ¿Cuál será el sacrificado próximo ocho?

Hoy… Tiempos Bíblicos: Hambre, guerra, enfermedad, cambio climático, soledad, miedo, soberbia, dolor, incompetencia, mediocridad… El pastillero saturado de cápsulas espera el momento de abrir una celdilla para expeler el fruto del “árbol del bien y del mal” que alimenta a los nuevos renacidos. La fugaz hermosura ha sido ofrecida a los insaciables dioses del reino de la pornografía, por la mente del Renacido Milenario desfilan los rostros de las jóvenes que platónicamente amó en su adolescencia. Solo el recuerdo es la esquirla de los sueños rotos cautivos del deseo.

Mañana: Límpiame, vísteme, aséame, dame de comer, léeme las noticias del día; por favor, hazme compañía. La familia es el último refugio, ¡cuidémosla! 

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