Opinión

Estupidez

Algunos creen que la mayoría de los humanos somos estúpidos, algo que pretenden, afortunadamente sin éxito, aplicar a los habitantes de nuestro sufrido país. Quizás de esa insultante afirmación se derive la acción política de muchos dirigentes, que no dudan en instrumentalizar los sentimientos más primarios para desviar la atención de lo sustancial, pretendiendo crear así un escenario donde la ineptitud política pase desapercibida para aquellos que sufren las consecuencias de su incapacidad para gestionar honestamente los intereses de los ciudadanos.

Dos nefastos políticos llevan meses confrontando sus diferencias sobre un tema, cualitativamente intrascendente pero emocionalmente peligroso, mintiendo y manipulando a través de los medios de comunicación: el “derecho a decidir” de los residentes en Cataluña. Mas y Mariano (incompetentes presidentes) se han enzarzado en un debate resbaladizo e interesado; defendiendo cada uno de ellos tesis antagónicas al margen de cualquier negociación; ambos pretenden capitalizar personalmente el supuesto enfrentamiento entre España y el catalanismo. No les importa que el rédito político sea cuestionable a medio o largo plazo, y ajeno a los intereses prioritarios de los habitantes de ambos territorios, lo único que les importa es la rentabilidad inmediata, siempre medida en resultados electorales.

¿Qué intereses mueven a los independentistas catalanes en su afán secesionista?, sin duda su propia existencia como organización, siendo incapaces de gestionar las inmensas competencias que la descentralización autonómica contempla en nuestro ordenamiento constitucional. Pero ¿qué argumentos utiliza el actual Gobierno del Estado español?, fundamentalmente la descalificación del contrario exacerbando los sentimientos nacionales de los defensores del centralismo más reaccionario.

Mientras esa fútil batalla se entabla con la aquiescencia de las partes; España y Cataluña se desangran. La calidad de los servicios básicos se deteriora progresivamente, la inmoralidad de muchos políticos y dirigentes sociales ensancha el divorcio entre el pueblo y las instituciones. Los salarios disminuyen su poder adquisitivo. El trabajo es escaso, inseguro y los contratos de baja calidad. La violencia colectiva se abre camino como respuesta a los abusos del poder. La falta de horizontes produce la desmotivación de la juventud y huida hacía ninguna parte. El recambio generacional no está garantizado, creando incertidumbre sobre la continuidad del estado del bienestar. El estado de derecho hace aguas por todos los lados. La justicia se convierte en el único estamento capaz de higienizar las instituciones, pero ella misma debe someterse a una profunda catarsis. Como resultado de todo ello es que el camino queda sembrado para iluminados salvadores de la patria con consecuencias imprevisibles.

 ¡Pero, aunque ellos lo crean, no somos estúpidos! Monago, acusado de utilizar dinero público en su actividad privada. La infanta Cristina, presuntamente, ha blanqueado dinero. Ana Mato es presunta beneficiada de la trama Gürtel y una pésima ministra de Sanidad. Esperanza Aguirre es responsable de la promoción política de Enrique Granados y de su entramado mafioso. Rajoy y otros miembros de su entorno recibieron presuntamente sobres con dinero negro del tesorero de su partido Luis Bárcenas. Rato y Blesa son presuntos responsables del choriceo ocurrido en Bankia. Chaves y Griñán eran presuntos conocedores del escándalo de los ERE de Andalucía. La familia Pujol Ferrusola son presuntos autores de infinidad de delitos económicos. El expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps y la alcaldesa Rita Barberá están presuntamente implicados en el caso Nóos. El PP presuntamente se ha financiado ilegalmente con dinero negro de la trama Gürtel. El consejero de Sanidad de la Comunidad madrileña, Javier Rodríguez, es un inepto arrogante… El pequeño Nicolás y Olga María Henao son anécdotas grotescas de la fragilidad de un sistema degradado por aquellos que tenían la obligación de prestigiarlo.

 Como colofón me pregunto: ¿Cuándo la Generalitat catalana atenderá las demandas independentistas aranesas? Una cosa es predicar y otra dar trigo.

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