Opinión

Predicciones

La mañana estaba fría, una fuerte helada cubría con su manto blanco las calles y tejados de la villa. Como casi todos los días he madrugado, tratando de aprovechar la soledad de las primeras horas. Abro el correo electrónico y veo un mensaje de mi amigo Luís, persona culta, con inquietudes sobre los interrogantes que presenta la vida. Sus correos siempre despiertan mi curiosidad y me invitan a meditar sobre lo sustancial de la existencia; el mensaje trata sobre las predicciones y vaticinios que nos depara el futuro inmediato y que se supone modificarán sustancialmente nuestra forma de vivir. Quiero destacar, entre otros, algo que ya hoy supone una realidad: “Las grandes decisiones empresariales ya no las harán expertos sino sistemas analíticos predictivos basados en grandes volúmenes de datos”; se trata de deshumanizar las decisiones evitando errores, garantizando el éxito y prescindiendo de sentimientos y emociones; anulando todo vestigio de empatía que pueda enturbiar los beneficios generados por la actividad empresarial. Podemos afirmar que la tecnología puesta al servicio del capital se está convirtiendo en un instrumento mortífero, que hay que regular y controlar por la sociedad civil a través de los parlamentos nacionales y de organismos internacionales dependientes de las Naciones Unidas. Estamos construyendo un mundo donde la planificación social está subordinada a los beneficios de unos pocos que configuran la nueva nobleza del orden económico.

Nunca entenderé, desde postulados de la izquierda, la decisión de José Luís Rodríguez Zapatero de modificar (con el necesario apoyo del PP) precipitadamente nuestra Carta Magna para priorizar los intereses de los mercados sobre los servicios básicos de la sociedad del bienestar; esa responsabilidad de “hombre de estado”, que traiciona su esencia ideológica sometiéndose al chantaje de los intereses financieros de las elites económicas, ha generado la desconfianza de la izquierda hacia sus representantes tradicionales y reforzado el poder del gran capital. En la misma línea de actuación son las reformas impulsadas por los gobiernos, teóricamente progresistas y socialdemócratas, de Italia y Francia; que abren el camino a movimientos populistas de desconocida orientación. Quizás estemos asistiendo al comienzo de un ciclo político que modificará sustancialmente las estructuras organizativas de los partidos; las ideologías se tendrán que adecuar a una realidad nueva, para poder articular respuestas globalizadas a la tiranía del poder financiero, intentando recuperar las soberanías nacionales que garanticen la libertad y los derechos de sus ciudadanos. 

El futuro se inicia con el presente y el contacto permanente del usuario de la red con el mundo virtual abre el camino a la sustitución de los afectos de nuestros congéneres por una relación robótica con su computadora. Esta es la opinión de cofundador de Apple, Steve Wozniak, que afirma que nuestro mejor amigo será nuestro ordenador, llegando a conocer nuestro estado de ánimo mejor que nadie. ¡Terrible solución a la soledad del hombre! 

Uno de los creadores de Twitter, Evan Henshaw-Plath, predice que antes del año 2050 internet estará en nuestras cabezas y se podrá instalar una lengua nueva así como se instala una aplicación en nuestro móvil. La conclusión no deja de ser cuando menos inquietante: “La línea divisoria entre personas y ordenadores tiende a desaparecer”.

El resumen no puede ser más estremecedor, la tecnología controlará al ser humano. La máquina programará al hombre, los afectos y el saber dependerán de un micro-chip. Las nuevas generaciones tendrán predefinidas todas las acciones de su vida; la enfermedad afectará solamente a los pobres, la existencia se prolongará indefinidamente y estará al alcance de unos pocos. Se seguirá huyendo de la consciencia, se delegará la voluntad ciudadana en grandes corporaciones.

Un rayo de sol se filtra a través de los cristales, la luz del astro rey hace renacer mi optimismo; a lo largo de su existencia la raza humana ha sabido superar momentos catastróficos y hoy muchos hombres y mujeres son portadores de grandes valores que nadie, ni nada, podrán doblegar; ellos harán posible un buen 2015.

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