Opinión

Reflexivas sabatinas

El 16 de noviembre de 2005, el Viejo Milenario escribió un artículo, publicado en La Región, con el título de “¡Peligro! Piensan”, que por su trascendencia reproduzco en el intento de ayudar a reflexionar, sin condicionar la voluntad de cada cual en un día que todas las opciones son legítimas y por lo tanto respetables.

El látigo, el cilicio, la mortificación…, la hoguera, todo vale, todo se justifica, lo importante es el sometimiento, la alienación, la obediencia ciega. El pensamiento incontrolado, libre, subjetivo… supone un peligro para el sujeto y por lo tanto para la sociedad. La tradición de la misión encomendada convierte a la élite de los privilegiados en los elegidos y su mandato es claro, firme: actuar con contundencia y sin miedo, el derecho natural protege a los designados. Siempre el débil estuvo sometido al fuerte, a su servicio. En los mismos orígenes de la creación está la razón de la preeminencia de los enviados. Quemad libros, controlad la cultura, convertiros en los poseedores de la única verdad y así salvaréis al mundo. 

¡Oh! Axiomas incontestables, cuánto caos cuando en el mundo se invierte el orden cósmico en que ha sido creado. Recuperad el control, la crispación suple al diálogo, la mentira es el argumento válido, el miedo sustituye a la confianza. Todo vale con tal de impedir que las turbas incontroladas piensen. Qué horror, qué pasaría si cada humano alcanza la cota del raciocinio, si el saber se universalizara, si se impusiese el espíritu de la equidad, de la igualdad y de la fraternidad. ¿Qué sería de los elegidos? ¿Quién pagaría sus emolumentos? 

Siento pena y dolor al comprobar que en la mente oscura de muchos anida el sentimiento de posesión y de verdad absoluta que conduce a la guerra, a la confrontación y a la muerte. Pero su voto es tan válido como el del indigente odiado por los aporofóbicos. 

Cuando estuve en Addis Abeba, hace ya más de quince años, me impactó, al bajar del avión y recorrer las instalaciones del aeropuerto, la belleza de sus habitantes: los amhara, los tigray, los somalís… destacando por la perfección de sus rasgos entre los 80 grupos étnicos que pueblan este bello y violento país. Las relaciones entre las razas están marcadas por el dominio y la fuerza. Los equilibrios para evitar una guerra civil están condicionados por las hambrunas que matan a millones de personas que no pueden acceder a la alimentación básica. País de grandes contradicciones donde la riqueza de unos pocos convive con la miseria más absoluta de los más pobres. Las enfermedades afectan a cientos de miles de campesinos que huyen de sus aldeas en busca de la utópica riqueza de la capital, que ya no es capaz de asumir la integración de más migrantes, creándose bolsas de pobreza y miseria que como un cáncer avanza inexorablemente.

La fotógrafa nazi Leni Riefenstahl, clasificada como “compañera de ruta” del nazismo, fotografió durante 15 años al pueblo nuba de Sudán, admirando la perfecta estructura de su cuerpo. Los nuba son un conjunto de grupos étnicos que habitan en Kordofán; los egipcios los admiraban por la perfección de su cuerpo y eran los esclavos más preciados en la corte de los faraones.

Leni probablemente era nazi, pero admiraba la belleza del cuerpo. El Viejo Milenario, temeroso y dubitativo, chantajeó al Todo y en un alarde de sinceridad gritó: votad con el corazón, la cabeza y no olvidéis el estómago. 

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