Opinión

El CO2, en controversia

Los últimos acontecimientos vuelven a insistir en lo dañino que es el CO2. Nos encontramos ante una nueva lucha de datos entre los llamados negacionistas del cambio o emergencia climática y los defensores de la Agenda 2030–50, que los políticos que quieren captar votos llevan en las solapas de las chaquetas. 

Con motivo de la erupción el 3 de mayo de 2024 del volcán Ruang (Indonesia), en el Anillo de Fuego del Pacífico, que frecuentemente registra actividad sísmica y volcánica -ya el 25 de septiembre de 2002 las columnas de cenizas llegaron a los 5.000 metros-, en X (antes Twitter) escribe el naturalista y divulgador medioambiental Álex N. Lachhein: “Acaba de expulsar a la atmósfera el CO2 y SO2 equivalente a 1.000 años de la Humanidad. Para los ‘calentólogos’, el culpable del apocalipsis (primero enfriamiento global, luego calentamiento global, después cambió climático y ahora emergencia climatológica) sigue siendo el CO2 humano por supuesto; quema de combustibles fósiles (sin olvidar las flatulencias de las vacas)”. No encontré nada que confirme lo que dice Lachhein. Los segundos aducen que los volcanes terrestres y submarinos sitúan las emisiones de estos fenómenos en un rango entre 0,13 y 0,44 gigatoneladas por año. Utilizan medidas de cibernética en lugar de decir 0,13 y 0,44 miles de millones o 10^15. Lo que es una estimación demasiado amplia. Datos confirmados: el volcán de La Palma emitió el doble de CO2 en 86 días que la actividad humana de Canarias en todo 2020.

Días pasados hubo hechos que afectan al clima:

El Niño está llenando de lluvia la selva amazónica y se está esperando la Niña, que vuelve pronto. La aparición de un cráter de un kilómetro de ancho, ubicado en Batagay (Siberia), creciendo por el rápido deshielo del permafrost, que contiene CO2 y metano. Las llamaradas del Sol, que produjeron auroras boreales no vistas en algunos lugares desde hace 21 años y en otros 150 años. 

Estamos en una época de calentamiento, lo que no podemos afirmar es que vaya a ser mortal. Sí lo hacen estudios que pronostican que dentro de dos mil millones de años se espera que el Sol se convierta en una gigante roja (sí destruirá la Tierra al expandirse). Permanecerá así en torno a 500 millones de años y posteriormente se transformará en una enana blanca y se oscurecerá el Sistema Solar.

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