Opinión

¿Dónde nos llevan?

Hasta ahora sabíamos donde querían que fuésemos, aunque bastantes estábamos en contra de lo acordado -“en 2030 no tendrás nada y serás feliz”-: el proyecto marxista mundial que aplaudieron Macron y Merkel en Davos y apoyado por el Foro Económico Mundial (FMI). La invasión de Ucrania por Rusia, cuyas consecuencias también la está pagando Occidente, ha ayudado a que eso sea una realidad con anterioridad a lo previsto.

No lo dicen, pero vamos a tener escasez de recursos alimentarios, en parte porque la energía será cada vez más cara y el agua, con la conversión en energía para que no subiese, se ha encontrado ante una de las grandes sequías que periódicamente sacuden España. Será uno de los primeros logros de la élite no elegida, con complicidad en muchos casos de los que hemos elegido: pasaremos hambre, ¿comeremos carne?

La escasez energética es un factor determinante. No se han buscado soluciones reales para paliarla, ni tan siquiera a corto y menos a medio o largo plazo. Existen países que han buscado soluciones, pero aquí seguimos con la moratoria nuclear, sin decir nada de las centrales nucleares que vamos a ir cerrando desde 2023. No se han hecho las prospecciones para obtener gas, que según los cálculos más pesimistas nos daría para 60 años. En Europa algunos toman decisiones drásticas: por ejemplo, Alemania vuelve al carbón, Francia acelera su plan nuclear que incluye arreglar las actuales centrales y crear más. Saben que dependen del gas noruego y de EEUU.

España produjo 39.444 gigavatios hora (GWh) de electricidad a través de los ciclos combinados de gas entre enero y agosto de 2022, lo que situó a esta tecnología, que alcanza precios récord por la invasión de Ucrania, en la más utilizada para producir energía eléctrica en el país, superando a la eólica y la nuclear que se disputaban esta posición en los últimos años. Servimedia ha obtenido de las estadísticas de Red Eléctrica: la generación con gas se incrementó un 104,6% en comparación con el año anterior y alcanzó el 22,3% de la producción.

Veamos algo de gas comparado con los aerogeneradores: reduce el CO2 dos veces más, utiliza menos suelo, tiene una vida útil del doble, su retorno de inversión es 8 veces menor, es más barato llevar la energía al consumidor. Lo peor es que contamina más que el diésel.

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