La mejor opción posible. Incluso mejor que haber jugado en la ACB esta temporada. Lo digo convencido de ello.
Me duele como a cualquier ourensano que algunos miembros de la ACB no hayan tenido que tragarse el sapo del que renegaron y me asquea que el presidente del Fuenlabrada puede sacar pecho sin que nadie le haya parado los pies.
Pero tampoco puedo perder la perspectiva. ¿A donde íbamos? Visto como ha actuado el club suspiro de alivio. La ACB nos habría triturado deportiva, administrativa y económicamente sin despeinarse. El COB se merece la ACB y Ourense un pedestal en ella pero el club no está preparado.
La cancha ha maquillado un proyecto cogido con pinzas. El equipo ha sacado brillo a una directiva que presentará unas cuentas para meterse bajo la cama. Un ascenso social y deportivo pero sin cimientos.
El COB y la afición al baloncesto que tiene esta provincia estarán en la ACB dentro de un año pero será necesariamente con otros mimbres.
Los jugadores y el cuerpo técnico son solo la parte más visible pero lo realmente importante en un club y lo que hará que el proyecto sea viable y longevo está en las oficinas. Apuntalar el proyecto pieza a pieza y sin dejar una sola parcela sin fortalecer. Y no es cuestión de número de personas o de euros. La clave está en el nivel. Gente preparada.
Un directiva capaz de generar patrocinadores y no solo administrar lo que las instituciones les conceden. Gente brillante para crear sinergias con la ciudad y para captar a los miles que no son fieles. Personas con experiencia para prever los contratiempos y para tener estrategias que no se desmoronen al primer golpe.
Dos caminos: humildad para cambiar o para aceptar el relevo. El club está por encima de todo.
