Opinión

'Unidos en tu mano'

En el seno de toda la familia cristiana comienza hoy el octavario de oración por la unidad de los cristianos. En este año el lema, que preside estos ocho días de oración, dice así: ‘Estarán unidas en tu mano’. Son palabras tomadas literalmente de la segunda visión del profeta Ezequiel. En tal visión aparecen dos trozos de madera que simbolizan los dos reinos en que el pueblo de Israel estaba dividido. Los nombres de las tribus de cada uno de los reinos están inscritos sobre estos dos trozos de madera que luego son unidos para formar uno solo (Ez. 37 15-23). A la luz del texto profético, los cristianos debiéramos reflexionar sobre la dolorosa situación de división que estamos sufriendo. Al igual que el pueblo de la antigua Alianza, dividido en contiendas contrarias a la voluntad de Dios, también las divisiones existentes en las Iglesias y comunidades cristianas son contrarias a la voluntad de Cristo que quiere que todos los bautizados formen una sola familia plenamente unida. Después de la Última Cena, y en presencia de sus discípulos, Cristo oró al Padre con estas palabras: ‘No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado’ (Jn. 17,20-21).


Estas palabras de Jesús en el discurso del Cenáculo suenan cada año como un aldabonazo en el corazón de todos los cristianos, para que su empeño por la unidad visible de la Iglesia no cese. Desde hoy, hasta el 25 de este mes, toda la familia cristiana está llamada a prolongar, en este momento histórico, la misma oración de Cristo por la unidad. Nuestra preocupación por la unidad se mide por la manera de rezar al Padre por la comunión plena entre los cristianos. Esto es sumamente consolador porque su realización se halla al alcance de todos. No todos los cristianos pueden dialogar a nivel teológico. Ni todos pueden colaborar en actividades conjuntas, pero todos pueden implorar de lo alto el don de la unidad. En cualquier comunidad, o en cualquier parroquia, se pueden elevar plegarias al Padre, a fin de que los cristianos seamos de verdad una familia unida. Estamos celebrando el bimilenario del nacimiento de San Pablo y el Papa desea que en el Año Paulino aparezca destacada la dimensión ecuménica. Con este motivo, el Cabildo de la Catedral y la Comisión Jubilar ha organizado unas conferencias, abiertas a todos, en el salón del Liceo de Ourense, del 20 al 23 de enero, a las 20,12 horas.


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